jueves, 16 de diciembre de 2010

[4] El primer viaje.

Eran las seis de la mañana y yo estaba recostada en la cama viendo hacía mi maletín, pensando en ir a buscar el libro, me levante y mis manos temblaron ligeramente al sacar el libro, como si ese objeto representara algo fuera de este mundo; puse mis manos sobre la pasta negra y dura, me percate de que este libro se sentía tibio, lo cual era un cualidad peculiar para un libro.


Observe con detenimiento la imagen que estaba en la portada, era una mujer de cabello rizado que estaba saliendo por una ventana, mientras una mujer exactamente igual se encontraba durmiendo plácidamente sobre una cama, empecé a leer rápidamente el libro, mientras más leía, mas identificada me sentía con todas las indicaciones que el libro daba, una a una me fui comiendo las paginas sin descanso, era como un platillo recién sacado del horno cuyo olor seducía e invitaba a comer hasta saciarse, todas y cada una de las instrucciones eran parte de un ritual que yo había practicado durante años, termine de leer en poco tiempo, mi cabeza estaba tan llena de ideas que no podía concentrarme en nada, era como una sobrecarga que no me permitía hacer cosas de forma racional y voluntaria.

Encendí la televisión y navegue por todos los canales sin prestar atención, a las imágenes o al sonido, después de varias vueltas sin escalas por los noventa y nueve canales, la apague me levante y fui a mi escritorio encendí la computadora, las luces azules del teclado empezaron a parpadear, por alguna razón sentí que esta vez la computadora tardo más tiempo en encender que de costumbre, me levante y me dirigí al estéreo, lo encendí e inmediatamente escuche Think I’m in love, de Beck, la pegajosa letra empezó a sonar I really think I better get a hold of myself, Don't wanna let the night get ahead of myself…. La música se fue difuminando en mi cabeza, en mi mente se dibujo un pared blanca y amplia.


Era un completo bloqueo mental, no podía pensar en nada, me acosté en el piso, el cual estaba sumamente frio, mi cuerpo lo sentía pero no existía incomodidad alguna, mis ojos veían el techo, era tan blanco como mi mente, de un momento a otro empecé plasmar en lo blanco un balcón y en el balcón había un perro, una puerta de madera, una grada por aquí, un par de muros por allá, en pocos instantes había hecho una estructura completa, había una sala con cuatro sillas de madera, en las paredes habían repujados y cuadros de paisajes, pintados por una mano inexperta, la sala tenía una puerta y al pasar por ella lentamente fui dibujando un corredor, al final había un comedor con seis viejas y gastadas sillas, camine por la casa como si la conociera desde siempre, si habían pedazos blancos, los iba rellenando con colores y texturas, paredes celestes, y piso gris, todo de madera, camine nuevamente a la sala, y me vi, era yo, parada en el balcón de esa casa, y había alguien afuera, sostenía mi mano a través de la rejilla y decía palabras que no lograba escuchar.

Entrecerré los ojos para intentar ver mejor a la persona que sostenía mi mano, pero lentamente las imágenes se fueron borrando, nuevamente estaba tendida en el piso de mi cuarto viendo al techo, el piso estaba tan frio que me dolían los pies la espalda y la cabeza, pero no me importo, intente ir a esa casa nuevamente, me quede en el piso abriendo y cerrando los ojos, concentrando mi mente en el techo blanco, repetí la canción de Beck una y otra vez.

Como una desquiciada busque en mi cuarto la carta que había llegado hace unos días, estaba en una caja bajo mi cama, abrí el sobre con desesperación y allí estaba la foto, era exactamente la misma casa, el mismo perro, algo extraño estaba sucediendo, me quede sentada en el piso un par de minutos, no me había percatado de que esta vez había viajado en el tiempo sin siquiera esperarlo, mi mente me llevo exactamente al lugar al que debía ir, pero nuevamente el viaje me dejo exhausta, tome mi celular y eran las nueve de la noche, era increíble cuanto tiempo había pasado leyendo el tibio libro y pintando en mi mente, mis ojos se cerraban, en poco tiempo mi mente se fue sumiendo en una inmensa obscuridad. Mañana pensé, mañana será el dia.

martes, 14 de diciembre de 2010

[3] El libro.

Estaba sentada frente a una bola de helado, era una bola de chocolate de dimensiones descomunales, tome una cuchara, y la encaje en el lado derecho de la bola, tome un gran pedazo de ese frio y delicioso manjar, lentamente lleve la cuchara hasta mi boca cuando….. Jimmy said he could handle this Ohhhh, he's from Los Angeles ohh!!!, Jimmy said he could handle this. Born and raised in west los Angeles, Dad's a lawyer, mummy's sleep…!!!!!!

Saque mi mano de la chamarra para buscar el control del estéreo, pero no estaba sobre mi mesa de noche, saque mi cabeza de entre las chamarras, con los ojos entrecerrados y vi alrededor esperando ver el control, Let’s go de Rancid sonaba a todo volumen mientras yo buscaba el escurridizo instrumento entre mis almohadas, después de poco tiempo de búsqueda desistí, me levante y camine torpemente hasta donde estaba el estéreo, lo apague y camine a mi cama nuevamente con el firme propósito de dormir unos minutos más, me acosté y por alguna razón que aún desconozco, metí mi mano bajo la almohada, allí estaba mi celular, por instinto lo saque de debajo de la almohada y vi la hora; eran las seis y cuatro minutos, metí el celular bajo la almohada y volví a cerrar los ojos, una repentina descarga de miles de ideas invadió mi mente, era como un torbellino que sobrecargaba cada rincón de mi cabeza y acumulaba una idea encima de otra.

Me levante con todas esas ideas revueltas y busque la caja, allí estaba la enorme caja en el piso, y se veía igual de café, e igual de real que el dia anterior, de ella salía un brillo de color rosado y morado, nuevamente tome la cuerda entre mis manos y la amarre a la chapa de la puerta, camine un par de pasos atrás y nuevamente se encendió la alarma del estéreo, pegue un brinco y tropecé con uno de mis zapatos, caí sentada hacia atrás, me levante sobándome las pompas y me di cuenta que la cuerda había perdido su fulgor, la cuerda estaba rota.

Me derrumbe en el piso decepcionada, mi propio desorden había truncado mi oportunidad de volver en el tiempo. Salí del cuarto y entre en el baño me quite la playera y posteriormente el bóxer, abrí la llave del chorro y metí mi cuerpo bajo el agua caliente, deje que el agua corriera por mi cuerpo e intente relajarme, pero la realidad me golpeo como un balde de agua fría, termine lo más pronto que pude y volví a mi cuarto, me cambie apresuradamente y de igual manera metí los trozos de la cuerda cósmica en mi maletín, salí y corrí en dirección a la ferretería del día anterior, entre jadeando e intentando recuperar el aliento, el encargado se acerco y me pregunto si necesitaba algo, tome mi maletín y temblorosamente saque los trozos de mi cuerda, el encargado la vio con detenimiento y dijo:


-Señorita creo que usted no leyó las instrucciones antes de usarla.

-No tenía instrucciones.

-Si señorita. Entonces tomo la cuerda y le dio un giro, salió un papelito que decía: Este producto es un utensilio eficaz para viajar en el tiempo, solo se permite un viaje por cuerda, si desea hacer otro viaje deberá esperar un aproximado de 100 años, de lo contrario la cuerda cósmica se romperá.

Lo mire con resignación y le dije:

-Me podría dar otra cuerda por favor?

-No señorita, esa era la única que nos dio el distribuidor.

-Ok, gracias.

Salí de la ferretería con los ojos algo llorosos, y nuevamente empecé a caminar sin rumbo, mientras caminaba mis ojos lloraban, pero no sentía tristeza alguna, porque mi corazón todavía seguía perdido, el llanto era solo una respuesta puramente fisiológica, como un mal habito que no podía borrar fácilmente. De tanto caminar llegue al parque de la ciudad, estaba lleno de arboles y luces, se veía hermoso, y no solo eso los arboles y su hermoso color verde brillaban bajo las luces de los focos, enternecedor pensé, pero no lo sentí, me senté en una de las bancas, observe a los niños caminar de la mano de sus madres, vi como las aves volaban encima de los arboles y se posaban en sus nidos, era hermoso, y sonreí, pero fue nuevamente una respuesta involuntaria a pensamientos agradables, porque la felicidad no la sentía.

Coloque mi maletín a la par, y saque nuevamente la cuerda, la observe detenidamente, esperando alguna señal, como si por arte de magia ella fuera a cobrar vida y a darme la respuesta, permanecí inmóvil un tiempo cuando una idea loca llego a mi cabeza.

-Claro! Exclame, y la señora que estaba a la par mía dio un brinco.

Me levante y camine rápidamente a la biblioteca, que estaba muy cerca de allí, mi cabeza iba caminando a millones de kilómetros por segundo, entre y el delicioso olor de libros se sentía en el aire, por las ventanas entraba un resplandor espectacular que daba un aire de tranquilidad a la biblioteca. Me acerque a la sección de viajes, sin pensarlo mucho tome un libro que estaba forrado de negro, me acerque a la bibliotecaria y le dije que quería comprarlo, ella me dijo que me lo podía llevar sin llenar papeles, y que para mi, ese libro era gratis.

Salí muy feliz de la biblioteca, me dirigí a casa mientras daba brinquitos por la calle, la gente me veía extrañada, yo tenía una sonrisa de oreja a oreja, salude a un par de extraños un par de calles antes de llegar a mi hogar, las calles olían a frío mezclado con pino, era como navidad, el sol se estaba ocultando, era increíble cuanto tiempo había pasado desde que salí de la casa. Entre rápidamente a mi casa, pase corriendo por el corredor y abrí la puerta de mi cuarto, saque de la bolsa el libro y me recosté en mi cama, tenía mucho que aprender para poder viajar y hacer lo que mi corazón me había pedido.

El titulo del libro era: Viaje Astral, la forma mas fácil de viajar sin salir de casa.




miércoles, 24 de noviembre de 2010

[ 2 ] La cuerda cósmica.

Un mes había pasado desde que mi corazón se había despedido, mi mente estaba sumida en un letargo de nada, solo existían los trabajos y las tareas, a veces para entretenerla recurría a la televisión y la música, no era la mejor forma de hacerlo, pero era lo único que la callaba, todos los días ella se despertaba temprano y me recordaba cómo había dejado que corazón se marchara. En pocos instantes lo olvidaba, ya que ahora las conexiones neuronales no procesaban sentimientos, era fácil pues la culpa, la ira, y el dolor no existían, mucho menos tristeza. Los fines de semana había salido a alcoholizarme en las distintas “cafeterías” de la ciudad, pero ya nada podía hacerme sentir.


Era una tarde esplendida, el sol brillaba y las nubes se veían color magenta con tonos purpuras, naranjas y amarillos, era hermoso, yo estaba luchando por escribir un poco de lo que fuera en un cuaderno viejo, cuando tocaron el timbre de la casa, bajé las gradas y vi como un sobre se deslizaba por debajo de la puerta, en el sobre se dibujaba una caligrafía clara y muy estilizada, era mi nombre.

Adentro se encontraba la imagen de una casa, había un perro acostado en el balcón, era un french poodle gris, en la foto yo estaba parada afuera de puntillas, viendo hacia adentro. Adjunto a la foto había una nota que decía:

Amada Claudia, he estado muy bien, he viajado mucho y he conocido muchos lugares, e infinidad de personas, solo quería que supieras que estoy bien y que no temas ser lastimada de nuevo, también quisiera pedirte un favor, ya que estando de viaje note un par de cosas que creo que tu deberías saber. El favor consiste en lo siguiente: Retrocede en el tiempo diez años, y visita la casa de la foto. Cuando estés allí todo se volverá claro.

A mi mente vino un artículo que había leído hace unos años sobre la teoría especial de la relatividad, desafortunadamente esta teoría planteaba que solamente se podía viajar al futuro. Entonces tengo que encontrar una forma de mover mis partículas a través del espacio y el tiempo, pero en retroceso.

Decidí salir de la casa para despejar un poco mi mente, camine un aproximado de media hora cuando encontré una ferretería, sin saber realmente que era lo que iba a comprar, entre y sin saber muy bien cómo se me ocurrió pero pedí una cuerda cósmica. Fue muy sorprendente cuando el encargado de la ferretería fue a la parte trasera y saco una caja, que tenía escrito en letras grandes: CUERDA CÓSMICA. (manéjese con precaución) .

Llegue a la casa y cene rápidamente, quería ir inmediatamente a ver como usar la cuerda cósmica lo cual resulto ser mas fácil de lo que creí, primero hice una prueba, amarre un extremo a la perilla de la puerta, y el otro lo sostuve con mi mano derecha, y con el dedo índice de la otra mano la hice vibrar suavemente, inmediatamente me encontré parada afuera de la cocina, y nuevamente la cena estaba servida, regrese corriendo a mi cuarto, había encontrado la forma de viajar al pasado, ahora tenía que encontrar la forma de volver al futuro. Ya era tarde y mi mente y mi cuerpo estaban cansados, al parecer los viajes en el tiempo son terribles para la mente y el cuerpo, me coloque la ropa de dormir y me metí en la cama, intentando imaginar cómo podría hacer para no quedarme atrapada en el pasado, encendí el estéreo y el disco In Rainbows empezó a sonar, me quede dormida en poco tiempo.

sábado, 13 de noviembre de 2010

[ 1 ] El plan maestro: LA HUIDA

Dicen las malas lenguas que mi rostro oculta una chispa indescriptible, y que tengo una gracia admirable, que mi mente es un foco de inmenso fulgor y que mi imaginación es interminable, pero dicen también que soy incapaz de enamorarme, que soy un pequeño trozo de humano que perdió su corazón en alguna parte. No me importa si las malas lenguas ven en mi, chispa o gracia, pero me preocupa que hayan notado que no tengo corazón.

Pues mi corazón está oculto desde hace mucho tiempo, decidió salir de mi cuerpo para no permitir que alguien lo dañe. Fue una maniobra muy fácil en realidad, no requerí de grandes ritos, ni rezos, ni encantamientos, mucho menos el uso del bisturí como hacen las personas de otros ámbitos. Lo mas difícil fue la parte en la que el tuvo que convencerme de marcharse, pero como él es un pequeño muy obstinado acabe diciéndole que se podía ir, después de todo sus argumentos fueron muy convincentes.

La huida fue una noche, hace un aproximado de cuatro o cinco años, fue la tercera semana de junio, lo recuerdo casi como si hubiera sido ayer, pero claro un acto tan importante no se olvida fácilmente, mi corazón empaco lo siguiente: un paquete pequeño que contenía muchos recuerdos de mi niñez, una bolsita donde estaban algunos de los cariños de mi madre, y mis abuelos, un frasquito con un liquido transparente, y estaba etiquetado como “honestidad”, en una cajita metió un poco de valentía, y se llevo una gran caja de temor.

Esa tarde había procurado mantener a mi mente ocupada, muchas tareas, ensayos y trabajos, la habían dejado abatida, después de eso me dedique a ver televisión, el plan ya estaba en marcha y no podía hecharme para atras. Era necesario cansar a mi mente, porque ella al igual que mi corazon es una pequeña muy testaruda, seguramente no iba a dejar que el se marchara sin antes entrar en batalla, y que complicado hubiera sido eso.

Pude sentir como mi corazón se puso de puntillas y empezó a trepar por mi garganta, afortunadamente no tenía que hablar en ese momento pues sentía como si me hubiera tragado una manzana entera. No estoy segura de cómo lo hizo pero llego hasta mis orejas, y en dos instantes estaba parado frente a mí, no era muy grande, pero tampoco era muy pequeño, y no era de color rojo como lo pintan en las clases de biología, era mas bien de un color anaranjado llamativo, y vaya sorpresa la que me lleve cuando me di cuenta de que no olía a sangre como yo imaginaba, era más como un olor a vainilla, mezclado con un poco de canela. Se me quedo viendo fijamente y levanto su mano, toco mi mejilla y me dijo:

-Te prometo que no volverás a derramar ni una sola lágrima por mí, las almohadas de tu cama ahora estarán siempre secas, y yo viviré feliz en una hermosa isla tropical. Martha, viviré la vida que siempre he deseado y tu podrás vivir tranquila, nuestra conexión estará un poco lejana, pero existirá, y yo acudiré a ti cada vez que me necesites.

Lo vi fijamente, recuerdo que me sentí muy preocupada, estaba a punto de dejar que mi corazón se marchara, eso implicaba que de ahora en adelante solo iba a ser un cascaron, frio como el mármol y seco como las hojas caídas de un árbol, en poco tiempo empece a notar todas las cosas buenas que este trato podría traer, entonces una pregunta surgió, y como mi mente estaba agotada, y no quería despertarla deje que mi boca preguntara sin pensar mucho.

-Solo necesito saber como llamarte? No creo que sea tan buena idea que te vayas tan lejos, y si te necesito?

-Pues si me necesitas solo me llamas y listo.

-Pero como te llamo?

-Tu lo sabrás.

-Odio cuando hay tanto misterio, y como lo sabré? Oh ya se en el momento adecuado la iluminación llegara a mi y mágicamente sabré como llamarte?

-Siempre el sarcasmo, creo que debí empacar un poco de eso, pero si, básicamente asi funciona, o podrías intentar llamarme. Extendió su mano y me entrego una tarjeta con un numero de teléfono o algo similar.

-uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho… veintisiete? Son veintisiete dígitos corazón… como hago para llamarte? En ese instante el corazón me señalo la cabeza y entendí inmediatamente a que se refería.

Hizo una leve reverencia y empezó a caminar hacia la puerta, la reverencia me pareció un poco exagerada, pero después de todo era un educado y buen corazón, lo vi alejarse con mis miedos, y empecé a sentir una gran calma, todo estaría mejor, me quite el pantalón y la blusa, me coloque la ropa de dormir y me metí en la cama, la cama todavía tenía su olor, el olor de la persona que había hecho que mi corazón se marchara, pero ahora era solo un olor mas, no significaba nada para mi, cerré los ojos y por primera vez en meses pude dormir tranquila.

Al día siguiente me levante y camine hacia la cocina como siempre lo hacía, vivía en una casa enorme de tipo colonial, era hermosa, estaba llena de plantas y en la terraza yo podía sentarme tranquila a meditar, o solo pasar el tiempo, mi plato estaba en la mesa, lo tome y subí a desayunar a la terraza como hacia los días en los que había sol, llegue y me quite los zapatos para sentir el sol en los pies, amaba ese sentimiento, pero no lo sentí, sentí el calor en los pies, pero no sentía la felicidad que me provocaba esa sensación. Durante breves momentos me sentí consternada, y entonces recordé que la noche anterior mi corazón había partido...

jueves, 11 de noviembre de 2010

15vo. Mi mejor amigo.

Yo estaba sentada en tu cama, la cama que siempre me acoge cuando todo parece que se viene encima, cuando las tristezas inundan mi cabeza y cuando la soledad, con la que solía compartir mi tiempo y era mi amiga se ha convertido en una despreciable rival, con la que me es imposible seguir luchando.


Estabas sentado en la orilla de la cama, tocabas hábilmente la guitarra, mientras cantabas una triste canción de amor, la soledad se escuchaba en tu voz, la tristeza desbordaba en cada nota, giraste tu hermoso rostro hacia mi y sonreíste, seguiste cantando y tocando, pero sin quitar tu mirada de mi, yo estaba absorta en tus ojos, esperando no perderme ni una sola de tus notas, ni una sola de tus palabras, pues sabía que eran para mi.

Dejaste de tocar, colocaste la guitarra al lado de la computadora y te acostaste a la par mía, por un instante me temblaron las piernas, como hace quince años cuando te vi por primera vez, tomaste mi mano y rodeaste tu cuello con mi brazo, por instinto mi otro brazo decidió abrazarte, supongo que se sintió triste solo estando sobre mi abdomen. Tu cuerpo tibio se encargo de entibiar el mío, mi cabeza encontró el eterno lugar sobre tu pecho donde siempre se escucha la dulce melodía de tu corazón, tu lenta respiración acompaña la tonada.

-Qué te paso? Me preguntaste con ese tono condescendiente que yo odio tanto.

-Nada. Dije intentando contenerme de romper en llanto como siempre hacía cuando me encontraba en sus brazos.

-Estas segura?

-Si.

-Siempre has sido muy mala mintiendo.

-Es posible

-Vamos a ver, que puede tenerte así?

-No entiendo por qué quieres hablar de eso, es algo que ya paso, y que no vale la pena recordar.

-Es increíble que hables así, debía hacerte mucho daño, para que no quieras hablar de eso.

-Soy tan predecible.

-Después de trece años, claro que si.

-Gabriel?

-Si?

-Puedes cantar la canción?

-Qué canción? La numero ocho?

-Si esa.

-No.

-Por qué?

-Esa canción siempre te hace llorar, es como un detonante para una inundación de lágrimas, y yo no quiero ahogarme acá, no me siento listo para morir.

No pude contenerme y solté una carcajada, tienes esa espectacular habilidad para hacerme reír en los peores momentos. Colocaste tus brazos alrededor de mi cuerpo, y con una mano acariciaste mi pelo, me diste un beso en la frente y repentinamente golpeaste la parte posterior de mi cabeza.

-OUCH! Qué te pasa?

-Nada, solo creí que era conveniente un golpecito para hacerte despertar.

Reí nuevamente, aunque el maltrato físico jamás ha sido uno de mis métodos favoritos, en este caso funciono bastante bien, me acurruque entre tus brazos, tu olor era distinto, ya no olías a grafito de lápiz y crayones de cera, ahora olías a colonia, tinta, lápiz y papel. Acariciaste mi pelo y nuevamente besaste mi frente, cerré los ojos, escuchándote tararear la canción número ocho del disco que escuchábamos todas las tardes como tontos enamorados, quien diría que después de todo tu secarías mis lágrimas, todo se torno negro, nuevamente pude ver un rostro conocido, un rostro que extrañaba, eras tu, estabas parado frente a una casa de madera, Gabriel dejo de existir como siempre sucede cuando tu apareces y nuevamente estaba en tus brazos.

jueves, 14 de octubre de 2010

14vo. La primera noche de waffles.

Sonreí sarcásticamente y lentamente comencé a caminar por un sendero lleno de lodo, extendiste tus manos para guiarme al caminar entre la tierra fangosa que conformaba todo el terreno, con excepción de pequeños pedazos de tierra que la lluvia no había logrado ablandar. Durante unos instantes pude sentir como sus manos se entibiaban por el contacto con las mías. Tus dedos temblaban de forma casi imperceptible entre mis manos, tus pies se posaban firmemente sobre los pedazos secos del suelo, de vez en vez notaba como tu cabeza giraba un poco para verme, sonreías por lo bajo, y seguías caminando, con esa seguridad que te caracteriza, que ni siquiera tu sabes que tientes, pero que yo note desde la primera vez que te vi.

Llegamos a un pedazo asfaltado, y continuamos caminando, tu piel color leche con chocolate se torno un poco más clara por la luz de la luna, tu pelo color azabache parecía brillar, tus ojos color moca, ese color que me encanta porque está en ti, ese color que adorna tu mirada penetrante y honesta, no lograba articular palabras frente a ti, mi mente se llenaba de ideas, pero mi boca no emitía ningún sonido, seguimos caminando en silencio, mientras yo deseaba poder decir algo, decir cualquier cosa, eran momentos tan desesperados, toda mi elocuencia y mi ingenio sucumbieron ante el nerviosismo que me provocaba caminar de tu mano, no era capaz de ver tu rostro, pero sabía que estabas sonriendo.

El camino asfaltado se acabo y nuevamente había lodo en el camino, tu intentabas armar conversaciones banales, pero yo parecía un florero, con la boca abierta pero incapaz de decir una sola palabra, llegamos a las rejas de la casa y entramos, colocaste de forma delicada y cariñosa tu mano sobre mi hombro y sonreíste, si antes no era capaz de articular palabras ahora había quedado completamente muda, tu sonrisa era increíble, indescriptible, tan honesta, tan perfecta, tan todo, que no me alcanzarían los adjetivos para describirla, me perdí en tus ojos color moca, tu piel achocolatada y tu sonrisa indescriptiblemente indescriptible. Me miraste con ternura, sobaste mi mentón y me abrazaste, despegaste tu cuerpo del mío y me incitaste a seguir caminando, yo estaba petrificada, estaba tan perdida en la emoción de sentirte junto a mi, que era incapaz de mover un solo musculo, no quería que esos instantes terminaran, escuche algo parecido al croar de una rana, mi mente despertó de la hipnosis en la que me había sumido, un pánico terrible se apodero de mi mente y camine con gran velocidad, llegamos pronto a la casa, entramos y pasamos directo al cuarto.

Nos acurrucamos pensando en waffles, mi cabeza estaba sobre tu pecho que cada vez se inflaba y se desinflaba mas rápidamente, mis manos se escurrieron debajo de tu playera y con un movimiento lento y firme, mis labios se posaron sobre los tuyos, lentamente bese cada centímetro de los mismos, procurando que no se quedara ni un solo centímetro sin ser besado, te despoje de tu ropa y te arrastre hacía mi, tu respiración y mi respiración se volvieron una sola, tus labios y los mios bailaban al ritmo de nuestras caricias, cada vez los movimientos se fueron haciendo mas intensos, por momentos colocabas tu dedo sobre mi boca para silenciar mis gemidos, el baile se fue haciendo todavía mas imperioso y urgente, mis manos se aferraron a tus brazos, intente controlar a mis dedos para no desgarrarte la piel con mi placer, pero fue en vano, me aferre a tu espalda y me deje llevar por las estrellas que veía en mi mente, estaba anegada de ti, por breves segundo, mi cuerpo se lleno de un calor indefinible.

Coloque mi brazo sobre tu pecho, e intente cerrar los ojos para descansar unos instantes antes del amanecer, mi corazón latía millones de veces por segundo, la emoción era tal, que no fui capaz de conciliar el sueño, solo podía contemplar tu silueta en la penumbra, ver tu cara sumida en la dicha de soñar y desear que esa noche jamás terminara.

martes, 21 de septiembre de 2010

13vo. Encuentro: La casa voladora

Por la ventana de mi cuarto entraba la luz del foco de la calle, alumbraba los relieves del techo, creando figuras difusas, un poco escalofriantes, un par de cabezas y unas manos se posaron sobre mí de forma amenazante, lentamente se fueron transformando en paquidermos alados con flores en los costados, coloque mi cabeza en la almohada y los elefantes con lirios rosados me llevaron de la mano al mundo de los sueños.


Nuevamente una noche lluviosa acompañaba mi sueño, estabas parado frente a la puerta de una casa de madera, sostenías una linterna y alumbrabas mi camino, tu camisa verde y los pequeños botones en ella brillaban por el reflejo de la luna, tu sonrisa brillante y transparente iluminaba tu rostro. Caminaba sobre la tierra lodosa, dejando de lado el hecho de estar descalza, mis pies no sentían frio ni molesta, te veía frente a mi y mi única preocupación era llegar hasta donde tu estabas, mientras más me acercaba a la casa, podía sentir lo fuerte de tus vibraciones, tu corazón latía un poco apresurado, tu respiración estaba un poco agitada, tu mirada parecía perdida en el horizonte, como si hubiera algo que solamente tu podías ver. Alcance tu mano pues la casa flotaba y yo no era capaz de subir a ella por mi misma.

Me senté en uno de los escalones, e hiciste lo mismo, te tome de la mano la cual estaba terriblemente fría, como si los sentimientos que solían calentar tu cuerpo lo hubieran abandonado por completo y solo quedara el cascaron de lo que algún día fuiste tú, yo no fui capaz de soltar tu mano, aunque lastimaba mis dedos, esperando que mi cuerpo tibio pudiera calentara un poco tu frio ser. La casa empezó a flotar mas alto, tu te pusiste de pie y empezaste a pintar un paisaje en el costado izquierdo de la casa, una luna, un lago y arboles eran los componentes de tu obra de arte, tu mano se movía como al ritmo de una canción, de un lado a otro un pincelazo de un lado y un pincelazo de otro, yo solo podía contemplar la perfección de tus movimientos, era cautivante como cada pincelazo, se unía en perfecta sincronía con los anteriores. La casa descendió lentamente y tu bajaste de ella, tendiste tu mano para que yo también pudiera bajar, y caminamos juntos sin dirección.

lunes, 6 de septiembre de 2010

12vo encuentro: Las velas moradas

Yo estaba sentada en un bus, los asientos de terciopelo rojo me indicaron que no era un bus de mi país, un hombre fumaba en el asiento de a la par, yo me sentía en casa, mientras el bus seguía su curso yo no entendía que era lo que estaba pasando, afuera llovía, rápidamente la lluvia chocaba contra las ventanas del vehículo, provocando sonidos que después de un tiempo se volvieron relajantes.

El bus se detuvo en medio de la nada, y el hombre del asiento de a la par, se bajo rápidamente, cruzo la calle y desapareció, el bus emprendió nuevamente la marcha, y de repente había un hombre sentado frente a mi, y al igual que el hombre anterior este estaba fumando, parecía una chimenea, inhalaba humo exhalaba humo, repitió la acción un centenar de veces, el humo tenía un aroma fresco y agradable, casi adormecedor, y yo me sentí nuevamente como en casa, el humo me envolvía y me calmaba, que clase de tabaco fumaban estos hombres? El humo no me irritaba, por el contrario, yo esperaba que aquel hombre siguiera fumando para que yo pudiera seguir sintiendo el aroma a casa. En poco tiempo llegamos nuevamente a una llanura vacía, la lluvia había aminorado, creí que el hombre de enfrente se iba a bajar, pero el conductor se volteo y me señalo la puerta, yo baje y comencé a caminar, mientras caminaba, un sujeto con suéter verde y pelo corto empezó a caminar a mi lado, caminábamos en silencio, la lluvia humedecía lentamente y mi cabeza, pasaba en los charcos hasta que llegamos a una casa de dos niveles.

Entramos, la casa estaba llena de velas moradas, todas ellas estaban encendidas, me quite el suéter, y lo coloque sobre un sillón blanco, el joven del sudadero verde entro atrás de mi y repitió el acto de quitarse el suéter se sentó en el sillón y con la mano me hizo una seña para que yo hiciera lo mismo. Era una sala grande el piso de madera a veces rechinaba cuando uno caminaba sobre el, habían varios cuadros de distintos colores y formas, un cuadro con varias pinceladas moradas estaba sobre la chimenea, las ventanas de la sala estaban abiertas y el pregunto:

-Qué vamos a cenar?

-Pensé en prepararte pollo agridulce con arroz y papas asadas, que opinas?

-Me agrada la idea, voy a poner la mesa.

-Yo estaba un poco preocupada por ti, la ultima vez que hablamos te veía algo triste, por qué?

-Cosas que pasan.

-No quiere hablar de eso?

-No se, por el momento tengo hambre mejor comamos.

Su cara se veía vacía, y cargada de tristeza, había algo en el que hacia que yo me sintiera en casa, su voz y su mirada confortaban la gran soledad que me invadía, yo te extrañaba, y seguía pensando en ti, tu mirada tu cabello, tu sonrisa, pero en ese momento, con el, era como estar sentada junto a el mas viejo de mis amigos, el silencio hablaba un idioma que solo los dos entendíamos, había paz flotando sobre nosotros, afuera se veían las ramas de un árbol de aguacate y yo divagaba pensando en lo mucho que quería poder abrazarlo, decirle que todo iba a estar bien, todo se fue difuminando lentamente, intente mantenerme junto a el, intente luchar contra el impulso de levantarme quería decirle lo mucho que lo quería y cuanto lo admiraba cuando escuche afuera de mi cuarto:

-Martha te están buscando.

Nuevamente me encontraba en mi cuarto, escuchaba la lluvia en el techo de la casa, y las nubes indicaban que iba a seguir lloviendo, y yo desee poder dormir cinco minutos mas.

martes, 17 de agosto de 2010

11vo encuentro: Monologo

Y comencé pensando en lo que me dijiste la última vez que nos vimos, y fui divagando hasta llegar al punto de perderme en mis propios pensamientos, deseando tenerte junto a mí, añorando tus brazos, que siempre son acogedores, el sentimiento que me invade cuando pienso en ti hace que el corazón me de brincos en el pecho, los latidos cada vez se hacen más rápidos mientras pienso, en tus ojos, tus cabellos, tu nariz, tus manos, tus locuras, tus ocurrencias.


Y siento que me quiebro, como la luz atreves de cristales, y mientras más me pierdo mas narcóticos necesito, un cigarro por aquí, una cerveza por allá, intento contener el impulso de beber, intento contener el impulso de fumar, intento no pensar en ti, me llueve en la mente, me llueve tu recuerdo, sonrío al vacío, me entremezclo con la luz de la luna, y floto hasta tu habitación, guardo tu sueño, lo cuido, lo protejo, como ha sido tu vida sin mí, el fuego de la incertidumbre me corroe, como siembras paredes frente a mí, y las haces crecer, y espero a que las bajes, a que te detengas, a que pienses, espero a que nos sentemos juntos a hablar, espero a que tu corazón camine junto al mío una vez más.

Borrando tu recuerdo, regreso en silencio, regreso al pasado, y lento te voy borrando, y lento vas desapareciendo, tu rostro se difumina, se desvanece, se pierde, se quema. Tu voz se va con el viento, vuela alto y lejos se pierde como un eco que jamás recuperare. Tus caricias se desprenden de mi piel, tu mirada y tu sonrisa se envejecen en mi mente, se envejecen y mueren. Tu recuerdo se pierde en el mar de mi memoria.

Pero vuelves, siempre vuelves, cambias y regresas, regresas y cambias, y yo extiendo mis brazos para acogerte nuevamente y cuidarte y quererte, quién te querría como yo? Quien te acogería nuevamente? Después de tantas distancias tomadas, tantas murallas levantadas, tantas tristezas causadas?

Donde esta la luna con la que jugábamos? Las nubes que nos comíamos? El aire que respirábamos? Donde quedo nuestra vida juntos? Donde te perdí? En que momento? no me di cuenta, no note cuando tu caminaste hacia un lado, y yo vire en otra dirección…. Mi vida sin ti… Mi vida sin ti… Mi vida contigo… Mi vida contigo….

Siempre es lo mismo si estás conmigo te extraño, si estas lejos te extraño, ¿qué es peor extrañarte junto a mi? O extrañarte en la distancia? Y siento celos, esos celos nacidos del amor que te tengo, pero son hijos bastardos, dijo Lope de Vega, son hijos de la inseguridad y la desconfianza, son celos de la triste amistad que te profeso. Siento que te arrastras a tu fin. Entonces yo que hago sin ti? Como vivo sin ti? Como respiro si tu no respiras más? No me dejes! No me dejes! No te alejes! NO ME DEJES!! Aléjate de allí! No mas por favor!

No escuchas mis gritos, no llegan a tus oídos, y grito y la gente me ve, solo tu no me ves, solo veo tu espalda y tu negra cabellera, solo veo como sale humo por tu boca, solo veo como el polvo estelar entra en tu nariz, las esferitas blancas que te metes a la boca, las laminitas transparentes que colocas bajo tu lengua… solo lo veo… por favor No me dejes! No de alejes! No te pierdas! Sos ahora mis ganas de reír, sos mi bastón y mis pies, como te perdí, no lo se, pero te recuperare, nos veo nuevamente platicando en la luna creciente, nos veo volando sobre el mar y por el momento te pido, te lo pido a gritos No te alejes! No te alejes! NO TE ALEJES!

Y despierto, y me doy cuenta que todo fue un sueño, que tu no escuchas mis clamores… pero sí, mi sueño es acertado, siento que te pierdo, siento que no estas en este mundo, creo que mueres lentamente y que no puedo hacer nada para detenerte. Pero te amo, no lo olvides.

lunes, 9 de agosto de 2010

10mo Encuentro. Distorsionado

Al fondo de la casa se escuchaba una canción de The Beatles que en ese momento no podía reconocer, sabía que era una canción de ellos, mas no sabía cual era. Me levante y camine hacia la puerta, reconocí la canción, era Michelle, del disco Rubber Soul, una perfecta canción, que siempre que estaba deprimida se encargaba de deprimirme mas, i need you i need you i need you… escuchaba, con la melancólica voz de Paul McCartney, quien siempre fue mi Beatle favorito acompañada al fondo por las voces de John Lennon y George Harrison una mezcla perfecta; en ese momento pensé en lo extraño que era soñar con música cuando hacía mas de una semana que no habia sentido ganas de escuchar nada, mi mente estaba perdida en un mundo en el que la música dejo de tener el valor que tenía antes.

La melodía cambio, en mi mente sonó In my life del mismo disco, camine lentamente recorriendo con la vista todo lo que tenía al rededor, no entendía que hacía en esa casa, estaba en un cuarto grande y excesivamente frio, camine hasta la puerta, gire la perilla y salí, descalza, era una construcción antigua, con varias habitaciones puestas en un cuadrado perfecto rodeando un pequeño jardín que tenía en el medio una fuente, me dirigí a la cocina, era como si conociera a la perfección esa casa, entre lentamente, haciendo la menor bulla posible, había un joven parado frente a la estufa.

Estaba preparando huevos revueltos, giro lentamente hacia mi y me dijo:

-Quiere?

-No gracias ya comí.

-Se va a enfermar.

-No, no tengo hambre.

-Segura?

-Si, segura.

-Quiere un pan con jamón?

Un poco desesperada por la insistencia de mi anfitrión decidí aceptar el pan. De una forma sumamente desordenada partí el pan a la mitad, unte un poco de mayonesa y coloque una rodaja de jamón en el centro.

-Quiere café? Me dijo mientras empinaba el termo verde en una taza con dibujos de flores.

-Café. Suspire yo, si algo amo en esta vida es una buena taza de café caliente.

Nos sentamos a hablar de nada como si todo estuviera bien, pero yo sentía que te extrañaba, que esa persona sentada frente a mi en la pequeña mesa redonda era un tu lejano, frio y distante, mi estomago se revolvió, sentí nauseas, un frio glacial recorrió todo mi cuerpo, tu sentado frente a mi, tu cara empezaba a distorsionarse, no distinguía tu cara, no sabía que era lo que estaba pasando, lentamente no solo tu cara, tu torso y tus brazos, tus blancas manos, todo se fue desintegrando frente a mí, estaba olvidándote. No era capaz de evocar tu cara en mi memoria, me senté en el banquillo con forma circular, y cubrí mis ojos para que lo poco que quedaba de ti no me viera llorar. Me levante y salí por una puerta de madera, intente voltear y ver lo que quedaba de tu imagen, pero tu ya no estabas.

Desperté y sentí algo tibio que corría por mis mejillas, toque mi almohada y estaba empapada en llanto, tome mi celular y me di cuenta de que eran apenas las dos de la mañana, la tristeza había invadido mi mente, tu no estabas mas, y mi mundo perfecto estaba desapareciendo lentamente junto con tu imagen, no pude seguir durmiendo...

jueves, 29 de julio de 2010

La mañana siguiente. 8

Vi a mi alrededor, tome mi celular, eran las ocho y media, hacia ya mucho tiempo que había amanecido, pero no lo note por la lluvia, mi reloj biológico siempre se ve alterado por las lluvias matutinas, yo todavía estaba en esa cama ajena, con tan solo una blusa de tirantes, un sudadero que tome prestado del dueño del cuarto y mi bóxer, había olvidado mi ropa de dormir. Me levante con movimientos torpes y encontré el control de la televisión, oprimí el botón verde y el aparato se encendió, navegue rápidamente por todos los canales sin prestar atención a las imágenes, cruce mis piernas y sin dejar de cambiar de canales mire a mi alrededor, había un armario grande, de madera, tallada pegado a la pared de mi derecha.


A la izquierda había una pila de ropa sucia, y una mesa de dibujo, llena de lápices y latas de pintura en aerosol, unas películas, y libros de pintura. Me percate de que enfrente había una ventana grande por la cual entraba muy poca luz, junto a la ventana había una cámara, sentí ganas de pararme y verla pero note que a unos pasos del armario se encontraba un escritorio que tenia una caja de cereal de chocolate, otra cámara fotográfica, una caja de macarrones con queso, que en ese momento se me antojaron, no había desayunado y tampoco había comido la noche anterior.

Me puse el pantalón, quite todos los cobertores de la cama uno por uno, eran ocho en total, sacudí la cama y coloque nuevamente los ocho cobertores en su lugar, me quite el sudadero y busque mi sweater, me lo puse y salí, la lluvia había disminuido convirtiéndose en una llovizna pero no me importo. Camine lentamente bajo el agua, intentando sacar ese sueño de mi mente, camine en dirección a mi casa viendo a la gente cubrirse de la lluvia, viendo como esas personas me veían como si fuera un bicho extraño por caminar tan despreocupadamente bajo la lluvia que ya había arreciado.

Llegue a mi casa completamente empapada, pero con la mente puesta en cualquier otra cosa, me metí al baño, tome una ducha, me cambie y me senté a leer, ese sueño me estaba atormentando tenía que encontrar algo que me distrajera, algo que me hiciera pensar en otra cosa, escuche un ruido extraño en la calle, había viendo y el árbol de enfrente de mi ventana me saludo, había vuelto por completo a mi monótona vida en la que no podía bucear sin un tanque de oxigeno y donde tampoco podía obtener respuestas de un árbol, la lluvia ceso justo cuando baje a la cocina a tomar un vaso de agua, eran las once, tenía que alistarme para ir a estudiar, sonó mi teléfono, era un mensaje de Victoria, sonreí, y salí de casa con mi maletín al hombro, me coloque los audífonos y baile un poco al ritmo de Hello, I love you, de The Doors, recordé la hoja de Soto, voltee y la salude, saque mi pipa rosada inhale un poco de hierba para sobrellevar el tedio que las clases y las personas me producían en días como estos, me aparte a mi mundo donde solo mis ideas tenían sentido, y las cosas que me decían me resultaban irrelevantes.


Entre a la clase y vi a mis compañeros sin verlos en realidad, el licenciado estaba dando clases y sonaban como un susurro, o un cantico casi imperceptible, sonaba al trinar de los pájaros que cantan en la mañana cuando ven salir el sol, escuche la voz de alguien llamándome era una voz distante que preferí ignorar, me levante y camine con mis compañeras a la tienda, compre un paquete de donas, regrese a clase el efecto empezaba a disiparse, mi mente ya no escuchaba solo mis pensamientos, la voz de la licenciada lentamente se hacía más fuerte.

Bueno nos vemos mañana. Dijo.

Las clases habían terminado, camine de nuevo a casa, y sentí como el viento rozaba mi piel, sonreí, todavía tenía un poco de marihuana en mi cerebro, fue una mezcla deliciosa de soledad y felicidad, entre a la casa y me senté a ver televisión, estaban pasando caricaturas, con eso distraje mi mente durante una hora y media, siempre me ha encantado perder mi tiempo en cosas absurdas y divertidas. Baje por un sándwich y una taza de café, la taza estaba caliente entre mis manos, la lleve a mi boca lentamente, sentí el sabor tostado del café en mi boca, me encanta ese sabor, pero me hace recordar al hombre que se esta adueñando de mis sueños. Me levante de la cama y camine directo a mi escritorio, para evitar que la cama y las ganas de ir a dormir se apoderaran de mi.


Inicie con suma lentitud un reporte sobre un paciente, pero no fui capaz de continuar ni siquiera fui capaz de terminarlo, la cama se veía tan tentadora, me llamaba, susurraba mi nombre, pero tenía mas trabajos que hacer, comencé a hacer una presentación en power point y la termine en poco tiempo en la computadora sonaba el disco de Animals, de Pink Floyd, que últimamente se había convertido en mi disco para hacer tareas, la tranquilidad y elocuencia de la música, simplemente me ponía de humor para trabajar.

Me asome a la ventana y vi a Soto, parecía que no tuviera vida, me coloque mi ropa de dormir con un poco de animo, fui a lavarme los dientes y volví al cuarto, vi con un poco de desconfianza la cama, sonreí y me di cuenta que sentí desconfianza de mi propia cama. Me cubrí con las chamarras color beige y anaranjado, vi hacia el techo pensando en lo rápido que se había pasado este día, imaginando como sería el día de mañana, mis recuerdos y mis imágenes mentales se fueron difuminando en una niebla espesa y fría, nuevamente estaba dormida.

miércoles, 28 de julio de 2010

8vo Encuentro: El joven de los ojos color verdemar.

Me acosté tarde, en una cama ajena, me cubrí con el edredón azul y puse mi cabeza sobre las almohadas verdes, vi un rato al techo y pensé en lo cansada que estaba, mi mente recordó la noche llena de cerveza, marihuana y cocaína, de hace unos días, pensé también en el árbol que estaba afuera de este cuarto que no me pertenecía, y en si este árbol podría ver mis sueños como Soto, recordé que llevaba una semana de no soñar nada y note la fuerte esencia a colonia y tabaco, el olor me hizo pensar en el dueño de esa cama, todo se torno color plomo, me vi envuelta en una manta de nubes, nubes con textura áspera y que cortaban, se hizo un agujero en la nube que me sostenía y caí en picada hacia el piso. Toque el césped verde y sentí la loca necesidad de correr, así que lo hice, corrí rápidamente atreves de un valle lleno de flores, sentía que alguien me perseguía, llegue a una playa de arena blanca y mar azul, había alguien atrás de mi, AH! Grite cuando algo frio toco mi hombro, eras tú.


Saque una pipa de aluminio larga y rosada, la encendí y fume, comencé a caminar en dirección opuesta a ti, ya no soportaba verte a la cara, sentía enojo y frustración. Tú te habías alejado de mí, te fuiste durante tanto tiempo, que ni siquiera sabía si estaba feliz por verte, o triste porque volviste a aparecer, me seguiste todo el camino, mis pies descalzos sobre la arena mojada, la deliciosa brisa del mar sobre mi piel, el olor a tabaco proveniente de la cama que inundaba mi sueño, voltee y ya no estabas, en tu lugar estaba un sujeto alto, de ojos verdes y pelo negro, con la mirada fija, penetrante y triste, estaba parado viéndome fijamente con sus hermosos ojos color verdemar, levanto la ceja y me sobo la cabeza.

-Como estas? Le dije.

-Estoy bien. Contesto con un poco de frialdad.

-No sabes que es lo que pasa? Pregunte sin saber exactamente lo que decía.

-No, no lo se. Como estas tu?

-Estoy bien, siento ganas de dibujar, pero no se que dibujar.

-Dibuja un pie.

-Un pie? Sonreí.

-Si, un pie. Me volvió a ver detenidamente y sonrió de forma un poco burlona. Avanzo unos cuantos pasos en dirección al agua, extendió su mano en dirección hacia mí y dijo:

-Vamos a nadar.

Cómo decirle que no a su tierna mirada? Tome su mano y caminamos juntos hacia el agua, nos sumergimos de forma estrepitosa, llegamos pronto al fondo, el sonrió hizo con su mano una mueca indicándome que lo siguiera, nado frente a mi y me llevo a un arrecife, lleno de peces de distintos colores, formas y tamaños. Estaba distraída viendo los miles de peces que me rodeaban, el se acerco y me abrazo.

-Todo va a estar bien. Me dijo con una voz tenue y profunda.

De forma espontanea acerco su boca a mi mejilla, fue un beso corto y sin mucho adorno, sin embargo fue un beso agradable. El dueño de la cama tomo mi mano y nadamos juntos a la orilla, estábamos parados en una orilla diferente, una orilla que yo ya conocía.

-Tu y yo no pertenecemos a los mismos sueños, tu y yo no debemos encontrarnos nunca, todo va a estar bien, vuelve con él, porque te necesita.

Sentí un olor distinto en el ambiente, como a lluvia sobre tierra, desperté ya era de día y estaba lloviendo.

martes, 13 de julio de 2010

7mo Encuentro: Un elegante arbol.

Me acosté y vi hacia mi ventana, note que allí hay un árbol que pareciera un recién llegado, después de un poco más de un año viviendo acá, hasta hoy note que allí se encontraba, me miro, inclino galantemente una de sus ramas y me saludo con sus hojas, un árbol muy elegante, no supo decirme su nombre, yo le dije Soto, lo cual es bastante irónico ya que cerca de él no habían mas arboles, jale el sillón hacia la ventana y me senté, nos pusimos a platicar.


Sus hojas verdes llenas de vida me estaban diciendo lo felices que se sentían cuando llovía, todas las hojas parecían querer contar algo, una me conto que todas las noches en la casa de los vecinos un joven entraba a visitar a su novia, y tras pocos instantes de pasión el siempre se marchaba, dejando una novia insatisfecha; otra me conto que todos los jueves, un carro se parqueaba a media cuadra de mi casa y que la pareja se encerraba a fumar y a hablar; otra me dijo también que todos los días veía pasar a un joven de cara triste, y que un día todas se pusieron de acuerdo y se sacudieron el agua sobre él y al joven no pareció importarle, hace poco el joven dejo de pasar, una de las hojas de hasta arriba, parecía que acababa de nacer, susurro que ella me veía caminar todos los días a la universidad y que le daba mucha risa los bailecitos que yo hacía al caminar, yo solo reí.

Soto llevaba semanas intentando llamar mi atención, desde la pequeña loma en la que el estaba sembrado, podía ver mi cama, y por lo tanto veía mis sueños, habilidad extraordinaria y envidiable la de este árbol.
El estaba preocupado, los sueños que tienen continuidad no llegan así como así, de un día para otro, me explico que los sueños generalmente eran la exposición de nuestro inconsciente, yo lo vi con cara de asombro, el se dio cuenta y me dijo que nosotros los psicólogos solo vemos parte del inconsciente de alguien, en cambio la naturaleza es capaz de percibir el inconsciente de todas las personas a su alrededor, ya que perciben la energía, después de varias explicaciones sobre los arboles, la energía cósmica que nos rodea y lo sueños, lentamente lo fui asimilando.

La mayor preocupación de Soto era que tantos sueños implicaban que el hombre de mis sueños estaba más unido a la energía del universo, y que su inconsciente tenía el mando, eso solo podía significar tres cosas. Primera: el hombre de mis sueños podía controlar los suyos y estaba consciente de ello. Segunda: Estaba en un estado severo de pérdida de conciencia, sueño profundo permanente. Tercera: estaba muerto.

Desperté y me levante, había dejado mi ventana abierta, vi hacia afuera y el árbol pareció hacer un ademan con las ramas, parecía que se estaba despidiendo.

lunes, 12 de julio de 2010

6to Encuentro: Una danza sin final.

Estaba medio despierta o medio dormida, una sensación extraña, porque podía ver toda la playa en mi mente pero escuchaba como el agua de la lluvia chocaba contra el techo de la casa, el sonido ayudo a la ambientación de mi sueño, ya que en poco tiempo pude sentir la lluvia cayendo sobre mi cuerpo, camine bajo el agua, hasta llegar a la casa, entre en la sala y la chimenea estaba encendida, me recosté en el sillón y tu saliste de una habitación que aparentemente era nuestra, me alcanzaste una toalla, pero yo ya estaba seca, me diste un beso en la frente y te sentaste junto a mí, yo me incline hacia adelante y tu acariciaste mi espalda, en mi cuerpo corrió un escalofrío sumamente agradable.

Que tal tu día? Preguntaste.
Exactamente igual que todos los días. Te dije tranquila

Encendiste la televisión, y estaban pasando una caricatura en la que había un robot, un anciano y una ciclope, de una u otra forma siempre que yo llegaba estaban pasando esa caricatura, como si fuera nuestra caricatura, reí levemente, aunque la situación no era chistosa, tu reíste conmigo.

-Te quiero mucho, dijiste.
-A que viene eso?
-Te molesta que te lo diga?
-No, no me molesta solo me parece extraño que ahora lo digas tan a menudo.
-Preferirías que me portara como antes?
-No, así está bien, definitivamente prefiero a este Antonio que al anterior.
-Cómo era el anterior?
-Menos cariñoso.

Te levantaste y tomaste tu pequeña pero efectiva pipa, la rellenaste y fumaste en la ventana, yo estaba sobre el sillón con las piernas cruzadas viéndote fumar, por alguna razón el acto en el que te levantabas, tomabas tu pipa, la rellenabas y fumabas, viendo hacia el horizonte, como si tu visión de la vida fuera completamente diferente a la de todos los demás, ese pequeño ritual siempre captaba mi atención, era como un ritual que me interesaba, no solo por verte allí, hermoso frente a la ventana, sino porque me mataba la curiosidad por saber en que pensabas cada vez que te recostabas en la ventana mientras rascabas con tu pierna derecha tu pierna izquierda.


Terminaste de fumar y te acercaste al sillón, me besaste la cabeza y sonreíste, rodeaste mi cuerpo con tus brazos, y tus manos lentamente recorrieron todo mi cuerpo, mi muslos los llenaste con tus caricias, las caricias temblorosas que siempre recibo de ti, no sé si son años de narcóticos en tu cuerpo o es que te pones nervioso al encontrarte conmigo, tu cuerpo se mecía lentamente sobre el mío, tu boca alcanzo mi oreja derecha, yo me estremecí del placer, tu respiración se acelero al igual que la mía, bailábamos en perfecta sincronía, tus caricias en mi espalda, tu cuerpo sobre el mío, los movimientos se tornaron más veloces, mis manos se aferraron fuertemente a tu espalda de nuevo, un gemido, un suspiro, creo que te volví a lastimar, y volví a ver mil fuegos artificiales en mi mente. Extenuados nos recostamos uno junto al otro con un par de enormes sonrisas en los labios, me besaste la frente y me abrazaste muy fuerte, me mantuviste junto a tu pecho, podía escuchar el latido de tu corazón y con esa tierna melodía que me aseguraba que estabas vivo, pensé y pensé… de tanto pensar en que esta danza entre tú y yo jamás terminaría, algo hacia falta, algo no cuadraba en esta visita, algo me parecía extraño, y me sentía muy preocupada, pero estaba tan feliz que simplemente me dormí entre tus brazos como siempre, olvidándome de todo, sintiendo tu olor a anís, colonia y hierba.

viernes, 9 de julio de 2010

5to Encuentro: Victoria, mi mejor amiga

La rutina en mi vida era totalmente predecible, con excepción de los sueños, hacia ya cuatros días desde la ultima vez que habías aparecido, me fui a acostar, cerré los ojos y me transporte en breves instantes a la casa en la playa, tú estabas allí yo me di vuelta y sentí la necesidad de caminar hacia otro lado, tu saliste y me gritaste

-MARTHA!!!!
-HOY NO... grite,

Me dirigí de forma apresurada a una casa hecha de madera, situada en el desierto, era una casa grande, pintada como las típicas casas estadounidenses blanca, con un techo color rojizo, toque el timbre, al principio parecía que no había nadie, y justo cuando me iba a ir nuevamente a encontrarme con mi imposible, abriste la puerta, eras tú, mi mejor amiga, como una muñeca de cerámica, pero con la ropa desgarbada, siempre me encanto tu forma alocada de vestir, te veías blanca como la leche, y con el pelo pintado de negro azulado, justo como te recordaba cuando te marchaste.

-Hay girií wha's up! me dijiste

Siempre me hablas en ingles, cuando algo te pasa, porque yo te entiendo y tú no tienes que detener la conversación para preguntarme si las palabras que dijiste en español estaban bien dichas, sonreí al ver tu rostro, tus ojos café avellanado me vieron con emoción, estaba tan feliz de estar allí contigo, pero a la vez triste porque había evitado una visita con él, el sujeto de mis suspiros.

-Hey... te conteste
-Can we talk in Spanish today... my brain it's all messed up... and I don't want to look like a fool in front of you.
-Claro Martha, as to steno.

Hablaste en perfecto español, pero seguía siendo tu voz de siempre, una voz tenue y sedante, tocaste mi pelo, y dijiste

-Qué te pasa amor?
-Estoy muy confundida.
-Por qué?
-Creo que quiero a alguien.
-Pero eso es maravilloso
-No, no lo es

Tu cara cambio rápidamente, te veías muy molesta.

-No entiendo por que tú siempre te complicas tanto la vida, vive el momento my leve, es hora de que tú te diviertas un poco.

En mi mente transcurrieron todos mis momentos junto a Antonio, tú pareciste entender a la perfección el problema, la confusión, la mezcla agridulce de sentimientos que durante meses habían habitado en mi cabeza.

Nuevamente como en un vaivén de emociones tu cara parecía feliz y después mas molesta que antes, pero sonreíste con tu perfecta sonrisa, como tallada en porcelana, tu nariz se arrugo un poco como siempre sucede cuando tu sonrisa es honesta e intentas darme consuelo, me abrazaste, era justo lo que necesitaba de ti, tu pelo olía como a vainilla, mi olor favorito, siempre me gusto ese olor porque me recordaba a ti, y a tantos años de amistad.

Nos sentamos a hablar tranquilas, sacaste un cigarro lo encendiste y de tu boca salió humo blanco, me ofreciste uno, e inmediatamente lo retiraste

-Había olvidado que no fumas

Tome la cajetilla y saque un tubo lleno de tabaco, tu lo encendiste por mí, fue como si no existiera la dstancia y tu si estuvieras allí junto a mí, tenias un problema, por eso me llamaste, el problema era sencillo, habías perdido un par de zapatos, que para ti eran la vida entera, juntas los buscamos y los encontramos, de un momento a otro note que tenias marcas en tus muñecas, marcas profundas y desagradables, sentí unas ganas inmensas de llorar, encontramos tus zapatos muy tarde, habías perdido las ganas de caminar o de buscar un camino, tus pies descalzos estaban llenos de moretones y cortaduras que te habías hecho al caminar en círculos, yo estaba tan perdida en mi mundo que no te supe escuchar.

Una pistola apareció de la nada, flotando en el aire, no sé que la sostenía pero apuntaba directo hacia mí, me levante lentamente y camine hacia atrás, el arma estaba intentando alejarme de ti, ahora veía claramente quien la sostenía, y estaba asustada de lo que esa persona podía hacerte, te abrace, te dije cuanto te amaba, y camine lentamente hacia otra dirección. En cuanto di la vuelta a la esquina el arma desapareció y tú apareciste frente a mí.
Me besaste la mejilla y apoyaste tu cabeza sobre mi hombro, juntas caminamos a la playa, en ese lugar yo sabía que nadie nos molestaría.

Allí estaba él y en cuanto te vio desapareció, era tiempo de estar con mi Victoria, la única mujer en este mundo que ha logrado entenderme y que se ha ganado un lugar en mi corazón para siempre, nos sentamos una junto a la otra, encendí una pipa con hierba la compartí contigo y vimos lo que bien podía ser el atardecer mas nostálgico, o el amanecer más brillante de nuestras vidas.

jueves, 8 de julio de 2010

4to Encuentro: No puedo verte.

Poco o mucho tiempo ha pasado desde la última vez que nos vimos, yo llevaba bastante tiempo de no querer saber nada sobre ti, estaba recostada en mi cama y empecé a sentir que un profundo sueño se adueñaba de mi conciencia, baje la cabeza lentamente, intente no dormirme, intente mantenerme despierta, en mi mundo donde tu presencia no podía aparecer de un momento a otro.

-Hola dijiste animado
-Hola conteste. Tengo que irme.
-No. por favor no te vayas.
-Si, ya es hora.
-No. todavía no te he dicho lo que te quería decir.

Me miraste con tus ojos suplicantes, llenos de ternura, eras como un niño, pequeño indefenso, que solo quería que alguien lo escuchara.

-Esta bien dime? pregunte con un tono un poco desesperado. Obviamente ya me había cansado de esa situación y cualquier cosa que me dijeras no sería suficiente para mantenerme allí junto a ti.

-Recuerdas la noche en la que nos conocimos?
-Si, conteste con toda la indiferencia que me permitió mi corazón.
-Tu pelo se veía rizado y largo, llevabas una blusa escotada que remarcaba lo hermoso de tu cuerpo, tu boca se coloco firmemente a la orilla del vaso de lleno de cerveza, bebiste un poco y de reojo me miraste, no te llame la atención pues desviaste la mirada, pero sé que te había quedado la inquietud de quién era yo.

-Si, te vi de reojo pero porque note que me veías, no porque quisiera verte. Estabas allí sentado con tu cerveza viéndome, mas bien observándome detenidamente, te veías igual que todos los demás, con tu playera negra, pantalón de lona y tenis, igual que todos los demás...
-No te interese hasta que estabas algo ebria?
-En efecto me pareciste muy tierno, pero era el estado etílico en el que me encontraba.
-Tú te me quedaste en la mente.
-Estoy segura que usas esa línea con casi todas las mujeres, ya me canse de estas visitas, quiero alejarme de ti, entonces por favor deja que me vaya, déjame alejarme de ti, deja de aparecerte en mis sueños.
-Son tus sueños no míos.
-También quiero que te alejes de mí en la realidad.
-Eso depende más de ti que de mi
-No sé si pueda.
-Si te alejas de mí en la realidad, siempre voy a estar aquí para apoyarte.
-No te quiero ni siquiera aquí
-Vas a necesitarme después de un tiempo.
-Por qué lo haría?
-Para recordarte lo que soy en la realidad, para que me diferencies de tus sueños, aquí soy todo lo que tú quieres que yo sea, allá soy todo lo que a ti te gusta pero que no puedes tener.
-Eso es cierto, pero hace meses que no te veo en realidad.
-Si tú no sabes que me ha pasado en el mundo real, yo tampoco se.
-Llevo medio año viviendo aquí, no he visitado esa ciudad en todo ese tiempo, no sé que ha sido de ti, solo por internet, y siempre hablamos de cosas insignificantes, aunque estas tres semanas no te he visto en chat, no me has mandado mensajes...

-Crees que algo me paso?
-Tal vez sí.
-Qué pudo ser?
-Tal vez este muerto, reí de mi absurda idea
-Es posible. Sonreíste tristemente.
-Martha?
-Qué pasa?
-Martha?
-Qué sucede?
-Martha????!!!!!!
-Qué pasa??
-NO PUEDO VERTE! DONDE ESTAS?
En ese momento desperté.

3er Encuentro: Una visita normal.

Estaba caminando lentamente por la senda que llevaba a la casa, me pare a unos cuantos metros de la casa que estaba en la playa, nuevamente sentí la necesidad de dar la vuelta e irme por donde vine, pero la luz de la casa ya estaba encendida, me estabas esperando. Seguí el camino hasta llegar a la casa, con sumo nerviosismo asome mi cabeza por la ventana, tu estabas allí, fumando como de costumbre, el aroma del humo se filtro por mi nariz, ese aroma que de una forma muy peculiar me daba la bienvenida, entre a la casa, me quite los zapatos y me senté en el sillón, tú me alcanzaste una taza de té de manzanilla y te sentaste frente a mí.

-Pareces molesta dijiste.
-No, no lo estoy. Te conteste mientras tomaba tu mano para asegurarte que estaba todo normal. -Te extrañe, que tal tu día? Cómo estuvo tu tarde? Cuéntamelo todo? sonreí
-Normal, bañe a mi perro, llene unos sacos con arena, le di vueltas a la manzana, limpie mi cuarto, y en la tarde fui al parque a encontrarme con los de siempre. Y tú?
-Yo leí un libro, fui a estudiar y volví a casa, tome mucho café. En ese momento sentí ganas de despertar y ya no verte nuevamente me había invadido la inseguridad de no saberte mío, y me sentí atormentada por estar allí junto a ti.
-Has pensado en lo que te dije? dijiste con ansias, aparentemente yo no estaba cuando me lo dijiste, porque no lo recordaba.
-No, te dije no lo he pensado. Como si una parte de mi si supiera de lo que estabas hablando
-Vamos a la cocina, temes que comer algo,
-No tengo hambre, te dije desgastada, comí antes de venir.

Era como si no tuviéramos nada de qué hablar, o como si ambos no quisiéramos hacerlo, no sé porque pero mi mente no dejaba de pensar en lo mucho que te quería, y tu parecías escuchar lo que mi mente decía.

Te levantaste del sillón y me tomaste entre tus brazos, en ese momento se me hizo el lugar más tranquilo y feliz del universo, porque me aseguraban que estabas allí junto a mí. Tu olor como a anís mezclado con hierba y colonia, me invadió por completo esa mezcla dulce y tostada que convinada solo hacía que yo me volviera más loca por estar junto a ti, pues eras la única persona que yo había conocido hasta ahora capaz de hacer que esos olores confinaran, tu olor invadió todo mi ser recosté mi cabeza en tu pecho y tu susurraste algo inentendible. Creo que fue te quiero, pues yo te conteste y yo a ti.

Cada escapada juntos estaba haciendo que yo te quisiera mas, en poco tiempo estos encuentros fortuitos iban a ser algo rutinario, me sentía completamente insegura y absolutamente tonta, decirme te quiero brotaba de tu boca como algo tan natural.

Decidiste salir de la casa, ir al pueblito que estaba cerca de esa playa a comprar donas, las cosas dulces te gustan mucho, yo decidí quedarme en casa a esperarte, pero tu insististe en que te acompañara, me puse de pie un poco molesta porque no me gusta caminar, me lanzaste tu sonrisa mas chantajista, la que sabes que no puedo resistir y que para añadir encanto siempre me pone de buen humor, caminamos hacia la puerta y en silencio nos dirigimos hacia el pequeño pueblo. Llegamos pronto, compraste los dulces panecillos que tanto te gustaban y regresamos, con tranquilidad por los senderos a la casa.

Comimos y nos sentamos a ver televisión, a veces nuestras vidas parecían tan insulsas cuando se mezclaban, la tuya con la mía, separados éramos personas diferentes, pero yo me sentía feliz.

Estaba divagando cuando tu mano alcanzo mi cintura, rodeo mi cuerpo con facilidad, tu cara emocionada desprovista de inhibiciones se acerco lentamente a la mía, plantaste un beso firme, seguro y tibio en mi boca, acariciaste mi pelo y me llevaste a consumirme en el placer de tus caricias.

Me solté de entre tus brazos, me levante y me coloque la ropa, salí en silencio esperando tener la fuerza para no regresar nunca más. Yo sabía que en cuanto me llamaras yo iba a volver a llegar, pero por el momento mi firmeza estaba en no volverte a ver.

miércoles, 7 de julio de 2010

2do Encuentro: Algo que contar.

Nuevamente me encontraba en mi cuarto haciendo los rituales pertinentes para partir a los brazos de Morfeo, cepille mis dientes, coloque crema en mis piernas y me puse las pijamas, apague la computadora y me acosté, en pocos instantes me encontré nuevamente sentada a la orilla de la playa, la misma playa en la que nos vimos la ultima vez, esta vez yo estaba sola pero sabía que no tardabas en aparecer, de pronto algo tibio toco mi hombro, tu siempre tienes una temperatura corporal muy elevada, por eso supe de quien se trataba, te sentaste junto a mí, y de una forma muy tierna, casi infantil besaste mi mejilla,


-Hola dijiste con una sonrisa ansiosa y vivaz, como si no pudieras esperar a contarme algo.
-Hola suspire -A que se debe tanta felicidad?
- No estoy tan feliz, tomaste mi mano para asegurarte de que me mantuviera junto a ti, - Yo normal me dijiste y te reíste como haces siempre que me dices esa frase, sacaste una pipa pequeña pero efectiva, la rellenaste con ese narcótico que tu tanto amas, la llevaste a tu boca y con tu encendedor negro hiciste que ardiera la hierba, el humo paso por la boquilla directo a tus pulmones, inhalaste con tranquilidad y exhalaste un humo blanco de olor peculiar, me ofreciste un poco y yo acepte, como todo un caballero encendiste la pipa por mí.

Hace mucho que viniste? me preguntaste

-No, acabo de llegar.
-Lamento haberte hecho esperar.
-No espere casi nada
-Ya no aguantaba las ganas de verte, te extrañaba. Un tono raro melancólico invadió esta última palabra, como si en verdad lo sintieras.
-Este bien. Te conteste un poco indiferente. Después de tanto tiempo yo ya no sabía si creerte o simplemente ignorar tus palabras de afecto, me confundían y era mejor no hacerme más ilusiones.

Esta visita fue distinta generalmente tu llegabas antes, pero hoy yo sentí una loca necesidad de verte, en cuanto llegue me senté en la playa, me encantaba esperarte allí donde todo empezó, mis pies desnudos en la arena se movían al ritmo de una canción que no poda dejar de tararear, me aparte a mi mundo pensaba en lo difícil que sería despedirme de ti ese día, lo horrible que sería una vida lejos de ti, lo mal que me sentía sabiendo que no eras del todo mío, pensaba en lo feliz que me iba a sentir cuando todo esto terminara, cuando tus miradas ya no volteara mi mundo de cabeza y cuando escucharte hablar de otras mujeres no atormentara mi corazón. Volví a la realidad, tu junto a mi hablándome de algo que no entendía bien, jugabas con mis manos, palmada... palmada.... palmada.... guardaste silencio como si hubieras notado que no entendía nada de lo que me estabas hablando, el silencio se prolongo, pero no fue un silencio incomodo, yo me sentía muy feliz allí junto a ti y te sentías feliz junto a mí, los dos en silencio nos expresábamos cariño a través de las manos, las miradas, los suspiros, las caricias, no había necesidad de decir palabra alguna, no había necesidad de mas.

-Tengo algo que contarte me dijiste en voz baja
-Ya es hora de irme. Te dije con un tono triste
-Pero es algo importante
-Pronto nos volveremos a ver, hoy tenía muchas ganas de verte sabias?
-Deberás?
-Si, conteste con un tono que entremezclaba una profunda tristeza y mucha felicidad, esperaba poder besarte y abrazarte, continué diciendo, me hacías mucha falta, anoche soñé contigo, no podía esperar a volver a verte, pero cuando viniste sentí un olor a perfume, un perfume que no me pertenece, no sé cuánto tiempo pueda soportar esto, no quisiera compartirte, yo te quiero y tu no me quieres lo suficiente, estos encuentros fortuitos me embargan de felicidad porque por breves instantes me perteneces y eres solo mío, pero luego tengo que regresar al mundo real donde tú no eres mío.

Me puse de pie te bese y te dije nos vemos pronto sonreíste y contestaste

-Soñare contigo, te extrañare mucho hasta volverte a ver, no olvide que tengo algo que decirle, vuelva pronto.
-Ambos sabemos que volveré.
Empecé a caminar y cuando ya estaba algo lejos escuche un grito:
-Martha!!!!
-Si? conteste riéndome
-La quiero mucho, sin importar lo que pase, gritaste.
Mi corazón brinco de la emoción... flote hacia donde había dejado mis zapatos me los puse y todo se puso obscuro, había despertado

1er encuentro: II parte.

Nuevamente comienza mi sueño: comenzo justo donde habia terminado sentados uno junto al otro hablabamos sobre lo mucho que nos dolia todo el cuerpo, y sobre lo mucho que nos pesaba el alma,  tu no dejabas de acariciarme el pelo y entre platica y platica, entre tema y tema, me decias te quiero, obstinado por mantenerme junto a ti tomaste mi mano y no la soltaste, me estaba apretando, me dolia sentirte tan cerca de mi,  me dolia saberte tan cerca y tan lejos, era una placer agridulce que no sabia si queria seguir soportando o si queria salir huyendo de ti.
Yo veia en sus ojos a alguien mas alguien que no era yo, la veia ai constate e inmovil tenia nombre como de flor,  detuviste el tiempo y tus ojos se vaciaron de todo, detuviste el tiempo para mi.
Me levante con mucha dificultad y segui mi camino, tu caminaste atras de mi durante parte de mi sueño, caminaste en silencio, como cuidandome. Te pedi que te alejaras pero insististe en caminar, te explique que mi camino no era el tuyo y que te tenias que marchar,  camine yo solita solita y tu no estabas alli,  al poco tiempo volviste a aparecer a mi lado, como llamado con mis suspiros e invocado por mi llanto  y ya no estaba sola nos sentamos a ver la luna en la playa y no recuerdo nada mas.

martes, 6 de julio de 2010

1er Encuentro: Soñe contigo

Nuevamente soñe contigo caminabamos bajo el manto de la noche tomados de las manos hablando de la incertidumbre que encerraba nuestro futuro, riendo de lo absurdo que era nuestro pasado, preocupados por lo confuso de nuestro presente, una lagrima cayo por mi rostro y tu la secaste con tu mano
-por que lloras? me preguntaste. Yo no fui capaz de contestar.

Me tomaste entre tus brazos, los brazos entre los cuales me encanta despertar... esos brazos afectuosos que confortan mi tristeza y que me sostienen cuando siento desfallecer, esos brazos oh esos brazos...
Y nuevamente de tu hermosa boca salieron las mismas palabras que hicieron nacer la primera lagrima:
-por que lloras? volviste a preguntar, no podia articular palabra alguna mi mente giraba en un torbellino de ideas insulsas, las cuales brotaban de mi sin poderlas detener.
-Tu me quieres?  te pregunte entre sollozos
La pregunta parecio sorprenderte, tu cara se entristecio mas me abrazaste y luego te separaste lentamente de mi, pusiste tu mano en mi mejilla, enredaste tus dedos entre mi pelo, miraste fijamente mis ojos y contestaste: Si.

Mi cara se ilumino, pude verlo en el reflejo de tus ojos, nos sentamos a la orilla de la playa, acariciaste con  tu mano mis muslos como sueles hacerlo cuando estamos sentados uno frente a otro, yo acaricie tu nariz, como hago cuando siento que te quiero mas, guardamos silencio,  solo se podia escuchar el mar, que parecia hablar un idioma que solo tu y yo entendiamos, las olas locas de emocion te susurraban: besala... besala.... tu cara enrojecio, millones de gotas de agua te incitaban a besarme.
Tomaste mi mano, y te acercaste rapida y bruscamente a mi rostro a pocos milimetros de lo que pudo ser una colision aminoraste la velocidad y posaste firmemente tus labios sobre los mios, pude sentir el calor de tu cuerpo, pude escuchar el latido de tu corazon, el bramido del mar se vio opacado por los fuegos artificiales en mi cabeza, fue un beso memorable.

Nuevamente me tomaste entre tus brazos y me recostaste en la arena, tus dedos en mi pelo, mis dedos en tu pelo,  mi mano se deslizo hacia tu nuca, tus manos se aferraron a mi cintura, tu cuerpo y el mio se partieron en pedazos se mezclaron con el mar, y me olvide de mi nombre y de mi forma, de mi vida y de mis sueños, para mi solo estabas tu, solo existia esa aura de artista que te envuelve, que te hace irresistible que me mueve, que me pierde. Tu me veias fijamente me aferre a tu espalda, creo que te lastime, no queria dejarte ir.

Nos levantamos tristemente exhaustos del amor, me miraste fijamente
- No llores. me dijiste
-No lloro. Conteste
De mis ojos brotaron lagrimas, estaba llorando nuevamente sin entender el por que.
Me levante y te di un beso, todo encajaba ahora.
Adios te dije mientras acariciaba tu nariz, tu me detuviste me miraste fijamente y con susurros me dijiste:
No es tiempo todavia, ven sientate aqui, abrazame otro instante... solo un instante mas.

Noche

Anoche fue una noche de llanto y tempestad silenciosa, era mas bien como una lluvia de ideas negativas que caía incesantemente sobre mis hombros... me coloque encima cargas que no me correspondían, aparte mi mirada del aquí y el ahora y empecé a preocuparme por cosas que ni siquiera habían pasado, mire hacia atras revise mi pasado.... recoste mi cabeza sobre la almohada que ya estaba algo humedecida con mi llanto... abri mis ojos y dispuse firmemente dejar mis ideas negativas fuera de mi casa y que la noche se llevara toda la tristeza que quedaba dentro de mi corazon.
Esta mañana amanecio soleado anunciando que el terrible dia de ayer afortunadamente ya habia terminado y que cualquier suceso o acontecimiento que me haya atormentado ayer ya quedo en el pasado... donde corresponde... vamos a ver que me depara este nuevo dia...

lunes, 5 de julio de 2010

Primera entrada

Siendo esta mi primera entrada creo que seria bueno presentarme
Me llamo Claudia, en realidad no tengo ningún talento extraordinario...  soy mas bien una joven extraña de 22 años de edad...  estudio.... no trabajo... paso mi tiempo leyendo, escribiendo, escuchando música y con mis amigos, la razón por la que hice esto fue porque un muy buen amigo me lo recomendó supongo que cree que tengo algo que ofrecer, el internet es tan grande... espero que les guste mi forma de arte, quisiera empezar con algo que escribí hace bastante tiempo pero creo que dice bastante bien como soy:

Así como tu me decías

Así como tú me decías
Así me siento ahora tan triste y tan sola
Tan abatida y exhausta,
Extenuada y descorazonada
Y con el paso del tiempo la carga se va aminorando
Así como tú me decías
Así se repite mi historia, hora tras hora lo mismo
Día tras día la misma melodía que suena en mi cabeza
Y que se repite desde que me levanto hasta que me acuesto
La triste y sosa melodía de mi vida
Que suena cuando como y suena cuando duermo
Y nadie la escucha, nadie más que yo.

Así como tú me decías
Veo a la gente pasar, llegan y se van de mi vida
Llegan y me llevan y luego me dejan perdida
Así como tú me decías
Así vivo mi vida tan incomprendida vacía e inoportuna
Tan trastornada e incipiente
Así como tú me decías
Sigo tan ingeniosa pero absurda, ambigua y desmesurada
Confundiendo la partida de la llegada.

Así como tú me decías
Me llevaron de la mano al amor imaginario,
A perderme en el placer de ser querida
Me dieron un par de estrellas
Me regalaron varios cielos
soy dueña de infinidad de rosas marchitas
me abandone en la simpleza del amor
fui demasiado correspondida
Así como tú me decías
Acabe huyendo de quien me dio el cielo
Termine alejando a quien me dio una estrella
Y murieron todas mis rosas
Viviendo sin sol ni luna
Sin camino ni sueños
Así como tú me decías

Así como tu me decías
Hubieron risas y alegrías
Que desbordaron mi vida,
Hubieron locuras y aventuras
Que jamas cambiaría
Besos sin iguales, atardecer es espectaculares
Música que me dejaba respirar
Y uno que otro amanecer en sus brazos
Pajaros cantando, sonrisas sin engaños

Así como tu me decías
Caricias que levantaban montañas
Palabras que incendiaban el mar
Amores inolvidables
Y miradas de pasión y de perfecta complicidad
Así como tu me decías
Tengo mis estrellas en el cielo
Estrellas que me regalo un corazón sincero
Tengo mi luna guardada en una botella
Y mi sol envuelto en terciopelo
A la par de mil y una rosas que valen
Mas de cien billones de te quiero

Así como tú me decías
Momentos de felicidad han llegado
Y tan rápido como llegaron
Me los han arrebatado
Y entre llanto me han dejado
Cómo es posible eso?
Y aunque me duela admitirlo
Todo en mi vida ha ocurrido
Tan desastroso como maravilloso
Tan injusto como merecido
Y todo es justo y exacto
Así como tú me decías.
Con el tiempo iré añadiendo mas poemas, pensamientos, comentarios espero que alguien lo lea... jejejeje y las criticas constructivas son bien recibidas... los halagos no están de mas