jueves, 29 de julio de 2010

La mañana siguiente. 8

Vi a mi alrededor, tome mi celular, eran las ocho y media, hacia ya mucho tiempo que había amanecido, pero no lo note por la lluvia, mi reloj biológico siempre se ve alterado por las lluvias matutinas, yo todavía estaba en esa cama ajena, con tan solo una blusa de tirantes, un sudadero que tome prestado del dueño del cuarto y mi bóxer, había olvidado mi ropa de dormir. Me levante con movimientos torpes y encontré el control de la televisión, oprimí el botón verde y el aparato se encendió, navegue rápidamente por todos los canales sin prestar atención a las imágenes, cruce mis piernas y sin dejar de cambiar de canales mire a mi alrededor, había un armario grande, de madera, tallada pegado a la pared de mi derecha.


A la izquierda había una pila de ropa sucia, y una mesa de dibujo, llena de lápices y latas de pintura en aerosol, unas películas, y libros de pintura. Me percate de que enfrente había una ventana grande por la cual entraba muy poca luz, junto a la ventana había una cámara, sentí ganas de pararme y verla pero note que a unos pasos del armario se encontraba un escritorio que tenia una caja de cereal de chocolate, otra cámara fotográfica, una caja de macarrones con queso, que en ese momento se me antojaron, no había desayunado y tampoco había comido la noche anterior.

Me puse el pantalón, quite todos los cobertores de la cama uno por uno, eran ocho en total, sacudí la cama y coloque nuevamente los ocho cobertores en su lugar, me quite el sudadero y busque mi sweater, me lo puse y salí, la lluvia había disminuido convirtiéndose en una llovizna pero no me importo. Camine lentamente bajo el agua, intentando sacar ese sueño de mi mente, camine en dirección a mi casa viendo a la gente cubrirse de la lluvia, viendo como esas personas me veían como si fuera un bicho extraño por caminar tan despreocupadamente bajo la lluvia que ya había arreciado.

Llegue a mi casa completamente empapada, pero con la mente puesta en cualquier otra cosa, me metí al baño, tome una ducha, me cambie y me senté a leer, ese sueño me estaba atormentando tenía que encontrar algo que me distrajera, algo que me hiciera pensar en otra cosa, escuche un ruido extraño en la calle, había viendo y el árbol de enfrente de mi ventana me saludo, había vuelto por completo a mi monótona vida en la que no podía bucear sin un tanque de oxigeno y donde tampoco podía obtener respuestas de un árbol, la lluvia ceso justo cuando baje a la cocina a tomar un vaso de agua, eran las once, tenía que alistarme para ir a estudiar, sonó mi teléfono, era un mensaje de Victoria, sonreí, y salí de casa con mi maletín al hombro, me coloque los audífonos y baile un poco al ritmo de Hello, I love you, de The Doors, recordé la hoja de Soto, voltee y la salude, saque mi pipa rosada inhale un poco de hierba para sobrellevar el tedio que las clases y las personas me producían en días como estos, me aparte a mi mundo donde solo mis ideas tenían sentido, y las cosas que me decían me resultaban irrelevantes.


Entre a la clase y vi a mis compañeros sin verlos en realidad, el licenciado estaba dando clases y sonaban como un susurro, o un cantico casi imperceptible, sonaba al trinar de los pájaros que cantan en la mañana cuando ven salir el sol, escuche la voz de alguien llamándome era una voz distante que preferí ignorar, me levante y camine con mis compañeras a la tienda, compre un paquete de donas, regrese a clase el efecto empezaba a disiparse, mi mente ya no escuchaba solo mis pensamientos, la voz de la licenciada lentamente se hacía más fuerte.

Bueno nos vemos mañana. Dijo.

Las clases habían terminado, camine de nuevo a casa, y sentí como el viento rozaba mi piel, sonreí, todavía tenía un poco de marihuana en mi cerebro, fue una mezcla deliciosa de soledad y felicidad, entre a la casa y me senté a ver televisión, estaban pasando caricaturas, con eso distraje mi mente durante una hora y media, siempre me ha encantado perder mi tiempo en cosas absurdas y divertidas. Baje por un sándwich y una taza de café, la taza estaba caliente entre mis manos, la lleve a mi boca lentamente, sentí el sabor tostado del café en mi boca, me encanta ese sabor, pero me hace recordar al hombre que se esta adueñando de mis sueños. Me levante de la cama y camine directo a mi escritorio, para evitar que la cama y las ganas de ir a dormir se apoderaran de mi.


Inicie con suma lentitud un reporte sobre un paciente, pero no fui capaz de continuar ni siquiera fui capaz de terminarlo, la cama se veía tan tentadora, me llamaba, susurraba mi nombre, pero tenía mas trabajos que hacer, comencé a hacer una presentación en power point y la termine en poco tiempo en la computadora sonaba el disco de Animals, de Pink Floyd, que últimamente se había convertido en mi disco para hacer tareas, la tranquilidad y elocuencia de la música, simplemente me ponía de humor para trabajar.

Me asome a la ventana y vi a Soto, parecía que no tuviera vida, me coloque mi ropa de dormir con un poco de animo, fui a lavarme los dientes y volví al cuarto, vi con un poco de desconfianza la cama, sonreí y me di cuenta que sentí desconfianza de mi propia cama. Me cubrí con las chamarras color beige y anaranjado, vi hacia el techo pensando en lo rápido que se había pasado este día, imaginando como sería el día de mañana, mis recuerdos y mis imágenes mentales se fueron difuminando en una niebla espesa y fría, nuevamente estaba dormida.

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