Vi a mi alrededor, tome mi celular, eran las ocho y media, hacia ya mucho tiempo que había amanecido, pero no lo note por la lluvia, mi reloj biológico siempre se ve alterado por las lluvias matutinas, yo todavía estaba en esa cama ajena, con tan solo una blusa de tirantes, un sudadero que tome prestado del dueño del cuarto y mi bóxer, había olvidado mi ropa de dormir. Me levante con movimientos torpes y encontré el control de la televisión, oprimí el botón verde y el aparato se encendió, navegue rápidamente por todos los canales sin prestar atención a las imágenes, cruce mis piernas y sin dejar de cambiar de canales mire a mi alrededor, había un armario grande, de madera, tallada pegado a la pared de mi derecha.
A la izquierda había una pila de ropa sucia, y una mesa de dibujo, llena de lápices y latas de pintura en aerosol, unas películas, y libros de pintura. Me percate de que enfrente había una ventana grande por la cual entraba muy poca luz, junto a la ventana había una cámara, sentí ganas de pararme y verla pero note que a unos pasos del armario se encontraba un escritorio que tenia una caja de cereal de chocolate, otra cámara fotográfica, una caja de macarrones con queso, que en ese momento se me antojaron, no había desayunado y tampoco había comido la noche anterior.
Me puse el pantalón, quite todos los cobertores de la cama uno por uno, eran ocho en total, sacudí la cama y coloque nuevamente los ocho cobertores en su lugar, me quite el sudadero y busque mi sweater, me lo puse y salí, la lluvia había disminuido convirtiéndose en una llovizna pero no me importo. Camine lentamente bajo el agua, intentando sacar ese sueño de mi mente, camine en dirección a mi casa viendo a la gente cubrirse de la lluvia, viendo como esas personas me veían como si fuera un bicho extraño por caminar tan despreocupadamente bajo la lluvia que ya había arreciado.
Llegue a mi casa completamente empapada, pero con la mente puesta en cualquier otra cosa, me metí al baño, tome una ducha, me cambie y me senté a leer, ese sueño me estaba atormentando tenía que encontrar algo que me distrajera, algo que me hiciera pensar en otra cosa, escuche un ruido extraño en la calle, había viendo y el árbol de enfrente de mi ventana me saludo, había vuelto por completo a mi monótona vida en la que no podía bucear sin un tanque de oxigeno y donde tampoco podía obtener respuestas de un árbol, la lluvia ceso justo cuando baje a la cocina a tomar un vaso de agua, eran las once, tenía que alistarme para ir a estudiar, sonó mi teléfono, era un mensaje de Victoria, sonreí, y salí de casa con mi maletín al hombro, me coloque los audífonos y baile un poco al ritmo de Hello, I love you, de The Doors, recordé la hoja de Soto, voltee y la salude, saque mi pipa rosada inhale un poco de hierba para sobrellevar el tedio que las clases y las personas me producían en días como estos, me aparte a mi mundo donde solo mis ideas tenían sentido, y las cosas que me decían me resultaban irrelevantes.
Entre a la clase y vi a mis compañeros sin verlos en realidad, el licenciado estaba dando clases y sonaban como un susurro, o un cantico casi imperceptible, sonaba al trinar de los pájaros que cantan en la mañana cuando ven salir el sol, escuche la voz de alguien llamándome era una voz distante que preferí ignorar, me levante y camine con mis compañeras a la tienda, compre un paquete de donas, regrese a clase el efecto empezaba a disiparse, mi mente ya no escuchaba solo mis pensamientos, la voz de la licenciada lentamente se hacía más fuerte.
Bueno nos vemos mañana. Dijo.
Las clases habían terminado, camine de nuevo a casa, y sentí como el viento rozaba mi piel, sonreí, todavía tenía un poco de marihuana en mi cerebro, fue una mezcla deliciosa de soledad y felicidad, entre a la casa y me senté a ver televisión, estaban pasando caricaturas, con eso distraje mi mente durante una hora y media, siempre me ha encantado perder mi tiempo en cosas absurdas y divertidas. Baje por un sándwich y una taza de café, la taza estaba caliente entre mis manos, la lleve a mi boca lentamente, sentí el sabor tostado del café en mi boca, me encanta ese sabor, pero me hace recordar al hombre que se esta adueñando de mis sueños. Me levante de la cama y camine directo a mi escritorio, para evitar que la cama y las ganas de ir a dormir se apoderaran de mi.
Inicie con suma lentitud un reporte sobre un paciente, pero no fui capaz de continuar ni siquiera fui capaz de terminarlo, la cama se veía tan tentadora, me llamaba, susurraba mi nombre, pero tenía mas trabajos que hacer, comencé a hacer una presentación en power point y la termine en poco tiempo en la computadora sonaba el disco de Animals, de Pink Floyd, que últimamente se había convertido en mi disco para hacer tareas, la tranquilidad y elocuencia de la música, simplemente me ponía de humor para trabajar.
Me asome a la ventana y vi a Soto, parecía que no tuviera vida, me coloque mi ropa de dormir con un poco de animo, fui a lavarme los dientes y volví al cuarto, vi con un poco de desconfianza la cama, sonreí y me di cuenta que sentí desconfianza de mi propia cama. Me cubrí con las chamarras color beige y anaranjado, vi hacia el techo pensando en lo rápido que se había pasado este día, imaginando como sería el día de mañana, mis recuerdos y mis imágenes mentales se fueron difuminando en una niebla espesa y fría, nuevamente estaba dormida.
[entre sueños lokos, música, videos, el chirmol de ideas ke no abandona mi cabeza... y los males cardiacos, ke se meten siempre donde no deben]
jueves, 29 de julio de 2010
miércoles, 28 de julio de 2010
8vo Encuentro: El joven de los ojos color verdemar.
Me acosté tarde, en una cama ajena, me cubrí con el edredón azul y puse mi cabeza sobre las almohadas verdes, vi un rato al techo y pensé en lo cansada que estaba, mi mente recordó la noche llena de cerveza, marihuana y cocaína, de hace unos días, pensé también en el árbol que estaba afuera de este cuarto que no me pertenecía, y en si este árbol podría ver mis sueños como Soto, recordé que llevaba una semana de no soñar nada y note la fuerte esencia a colonia y tabaco, el olor me hizo pensar en el dueño de esa cama, todo se torno color plomo, me vi envuelta en una manta de nubes, nubes con textura áspera y que cortaban, se hizo un agujero en la nube que me sostenía y caí en picada hacia el piso. Toque el césped verde y sentí la loca necesidad de correr, así que lo hice, corrí rápidamente atreves de un valle lleno de flores, sentía que alguien me perseguía, llegue a una playa de arena blanca y mar azul, había alguien atrás de mi, AH! Grite cuando algo frio toco mi hombro, eras tú.
Saque una pipa de aluminio larga y rosada, la encendí y fume, comencé a caminar en dirección opuesta a ti, ya no soportaba verte a la cara, sentía enojo y frustración. Tú te habías alejado de mí, te fuiste durante tanto tiempo, que ni siquiera sabía si estaba feliz por verte, o triste porque volviste a aparecer, me seguiste todo el camino, mis pies descalzos sobre la arena mojada, la deliciosa brisa del mar sobre mi piel, el olor a tabaco proveniente de la cama que inundaba mi sueño, voltee y ya no estabas, en tu lugar estaba un sujeto alto, de ojos verdes y pelo negro, con la mirada fija, penetrante y triste, estaba parado viéndome fijamente con sus hermosos ojos color verdemar, levanto la ceja y me sobo la cabeza.
-Como estas? Le dije.
-Estoy bien. Contesto con un poco de frialdad.
-No sabes que es lo que pasa? Pregunte sin saber exactamente lo que decía.
-No, no lo se. Como estas tu?
-Estoy bien, siento ganas de dibujar, pero no se que dibujar.
-Dibuja un pie.
-Un pie? Sonreí.
-Si, un pie. Me volvió a ver detenidamente y sonrió de forma un poco burlona. Avanzo unos cuantos pasos en dirección al agua, extendió su mano en dirección hacia mí y dijo:
-Vamos a nadar.
Cómo decirle que no a su tierna mirada? Tome su mano y caminamos juntos hacia el agua, nos sumergimos de forma estrepitosa, llegamos pronto al fondo, el sonrió hizo con su mano una mueca indicándome que lo siguiera, nado frente a mi y me llevo a un arrecife, lleno de peces de distintos colores, formas y tamaños. Estaba distraída viendo los miles de peces que me rodeaban, el se acerco y me abrazo.
-Todo va a estar bien. Me dijo con una voz tenue y profunda.
De forma espontanea acerco su boca a mi mejilla, fue un beso corto y sin mucho adorno, sin embargo fue un beso agradable. El dueño de la cama tomo mi mano y nadamos juntos a la orilla, estábamos parados en una orilla diferente, una orilla que yo ya conocía.
-Tu y yo no pertenecemos a los mismos sueños, tu y yo no debemos encontrarnos nunca, todo va a estar bien, vuelve con él, porque te necesita.
Sentí un olor distinto en el ambiente, como a lluvia sobre tierra, desperté ya era de día y estaba lloviendo.
Saque una pipa de aluminio larga y rosada, la encendí y fume, comencé a caminar en dirección opuesta a ti, ya no soportaba verte a la cara, sentía enojo y frustración. Tú te habías alejado de mí, te fuiste durante tanto tiempo, que ni siquiera sabía si estaba feliz por verte, o triste porque volviste a aparecer, me seguiste todo el camino, mis pies descalzos sobre la arena mojada, la deliciosa brisa del mar sobre mi piel, el olor a tabaco proveniente de la cama que inundaba mi sueño, voltee y ya no estabas, en tu lugar estaba un sujeto alto, de ojos verdes y pelo negro, con la mirada fija, penetrante y triste, estaba parado viéndome fijamente con sus hermosos ojos color verdemar, levanto la ceja y me sobo la cabeza.
-Como estas? Le dije.
-Estoy bien. Contesto con un poco de frialdad.
-No sabes que es lo que pasa? Pregunte sin saber exactamente lo que decía.
-No, no lo se. Como estas tu?
-Estoy bien, siento ganas de dibujar, pero no se que dibujar.
-Dibuja un pie.
-Un pie? Sonreí.
-Si, un pie. Me volvió a ver detenidamente y sonrió de forma un poco burlona. Avanzo unos cuantos pasos en dirección al agua, extendió su mano en dirección hacia mí y dijo:
-Vamos a nadar.
Cómo decirle que no a su tierna mirada? Tome su mano y caminamos juntos hacia el agua, nos sumergimos de forma estrepitosa, llegamos pronto al fondo, el sonrió hizo con su mano una mueca indicándome que lo siguiera, nado frente a mi y me llevo a un arrecife, lleno de peces de distintos colores, formas y tamaños. Estaba distraída viendo los miles de peces que me rodeaban, el se acerco y me abrazo.
-Todo va a estar bien. Me dijo con una voz tenue y profunda.
De forma espontanea acerco su boca a mi mejilla, fue un beso corto y sin mucho adorno, sin embargo fue un beso agradable. El dueño de la cama tomo mi mano y nadamos juntos a la orilla, estábamos parados en una orilla diferente, una orilla que yo ya conocía.
-Tu y yo no pertenecemos a los mismos sueños, tu y yo no debemos encontrarnos nunca, todo va a estar bien, vuelve con él, porque te necesita.
Sentí un olor distinto en el ambiente, como a lluvia sobre tierra, desperté ya era de día y estaba lloviendo.
martes, 13 de julio de 2010
7mo Encuentro: Un elegante arbol.
Me acosté y vi hacia mi ventana, note que allí hay un árbol que pareciera un recién llegado, después de un poco más de un año viviendo acá, hasta hoy note que allí se encontraba, me miro, inclino galantemente una de sus ramas y me saludo con sus hojas, un árbol muy elegante, no supo decirme su nombre, yo le dije Soto, lo cual es bastante irónico ya que cerca de él no habían mas arboles, jale el sillón hacia la ventana y me senté, nos pusimos a platicar.
Sus hojas verdes llenas de vida me estaban diciendo lo felices que se sentían cuando llovía, todas las hojas parecían querer contar algo, una me conto que todas las noches en la casa de los vecinos un joven entraba a visitar a su novia, y tras pocos instantes de pasión el siempre se marchaba, dejando una novia insatisfecha; otra me conto que todos los jueves, un carro se parqueaba a media cuadra de mi casa y que la pareja se encerraba a fumar y a hablar; otra me dijo también que todos los días veía pasar a un joven de cara triste, y que un día todas se pusieron de acuerdo y se sacudieron el agua sobre él y al joven no pareció importarle, hace poco el joven dejo de pasar, una de las hojas de hasta arriba, parecía que acababa de nacer, susurro que ella me veía caminar todos los días a la universidad y que le daba mucha risa los bailecitos que yo hacía al caminar, yo solo reí.
Soto llevaba semanas intentando llamar mi atención, desde la pequeña loma en la que el estaba sembrado, podía ver mi cama, y por lo tanto veía mis sueños, habilidad extraordinaria y envidiable la de este árbol.
El estaba preocupado, los sueños que tienen continuidad no llegan así como así, de un día para otro, me explico que los sueños generalmente eran la exposición de nuestro inconsciente, yo lo vi con cara de asombro, el se dio cuenta y me dijo que nosotros los psicólogos solo vemos parte del inconsciente de alguien, en cambio la naturaleza es capaz de percibir el inconsciente de todas las personas a su alrededor, ya que perciben la energía, después de varias explicaciones sobre los arboles, la energía cósmica que nos rodea y lo sueños, lentamente lo fui asimilando.
La mayor preocupación de Soto era que tantos sueños implicaban que el hombre de mis sueños estaba más unido a la energía del universo, y que su inconsciente tenía el mando, eso solo podía significar tres cosas. Primera: el hombre de mis sueños podía controlar los suyos y estaba consciente de ello. Segunda: Estaba en un estado severo de pérdida de conciencia, sueño profundo permanente. Tercera: estaba muerto.
Desperté y me levante, había dejado mi ventana abierta, vi hacia afuera y el árbol pareció hacer un ademan con las ramas, parecía que se estaba despidiendo.
Sus hojas verdes llenas de vida me estaban diciendo lo felices que se sentían cuando llovía, todas las hojas parecían querer contar algo, una me conto que todas las noches en la casa de los vecinos un joven entraba a visitar a su novia, y tras pocos instantes de pasión el siempre se marchaba, dejando una novia insatisfecha; otra me conto que todos los jueves, un carro se parqueaba a media cuadra de mi casa y que la pareja se encerraba a fumar y a hablar; otra me dijo también que todos los días veía pasar a un joven de cara triste, y que un día todas se pusieron de acuerdo y se sacudieron el agua sobre él y al joven no pareció importarle, hace poco el joven dejo de pasar, una de las hojas de hasta arriba, parecía que acababa de nacer, susurro que ella me veía caminar todos los días a la universidad y que le daba mucha risa los bailecitos que yo hacía al caminar, yo solo reí.
Soto llevaba semanas intentando llamar mi atención, desde la pequeña loma en la que el estaba sembrado, podía ver mi cama, y por lo tanto veía mis sueños, habilidad extraordinaria y envidiable la de este árbol.
El estaba preocupado, los sueños que tienen continuidad no llegan así como así, de un día para otro, me explico que los sueños generalmente eran la exposición de nuestro inconsciente, yo lo vi con cara de asombro, el se dio cuenta y me dijo que nosotros los psicólogos solo vemos parte del inconsciente de alguien, en cambio la naturaleza es capaz de percibir el inconsciente de todas las personas a su alrededor, ya que perciben la energía, después de varias explicaciones sobre los arboles, la energía cósmica que nos rodea y lo sueños, lentamente lo fui asimilando.
La mayor preocupación de Soto era que tantos sueños implicaban que el hombre de mis sueños estaba más unido a la energía del universo, y que su inconsciente tenía el mando, eso solo podía significar tres cosas. Primera: el hombre de mis sueños podía controlar los suyos y estaba consciente de ello. Segunda: Estaba en un estado severo de pérdida de conciencia, sueño profundo permanente. Tercera: estaba muerto.
Desperté y me levante, había dejado mi ventana abierta, vi hacia afuera y el árbol pareció hacer un ademan con las ramas, parecía que se estaba despidiendo.
lunes, 12 de julio de 2010
6to Encuentro: Una danza sin final.
Estaba medio despierta o medio dormida, una sensación extraña, porque podía ver toda la playa en mi mente pero escuchaba como el agua de la lluvia chocaba contra el techo de la casa, el sonido ayudo a la ambientación de mi sueño, ya que en poco tiempo pude sentir la lluvia cayendo sobre mi cuerpo, camine bajo el agua, hasta llegar a la casa, entre en la sala y la chimenea estaba encendida, me recosté en el sillón y tu saliste de una habitación que aparentemente era nuestra, me alcanzaste una toalla, pero yo ya estaba seca, me diste un beso en la frente y te sentaste junto a mí, yo me incline hacia adelante y tu acariciaste mi espalda, en mi cuerpo corrió un escalofrío sumamente agradable.
Que tal tu día? Preguntaste.
Exactamente igual que todos los días. Te dije tranquila
Encendiste la televisión, y estaban pasando una caricatura en la que había un robot, un anciano y una ciclope, de una u otra forma siempre que yo llegaba estaban pasando esa caricatura, como si fuera nuestra caricatura, reí levemente, aunque la situación no era chistosa, tu reíste conmigo.
-Te quiero mucho, dijiste.
-A que viene eso?
-Te molesta que te lo diga?
-No, no me molesta solo me parece extraño que ahora lo digas tan a menudo.
-Preferirías que me portara como antes?
-No, así está bien, definitivamente prefiero a este Antonio que al anterior.
-Cómo era el anterior?
-Menos cariñoso.
Te levantaste y tomaste tu pequeña pero efectiva pipa, la rellenaste y fumaste en la ventana, yo estaba sobre el sillón con las piernas cruzadas viéndote fumar, por alguna razón el acto en el que te levantabas, tomabas tu pipa, la rellenabas y fumabas, viendo hacia el horizonte, como si tu visión de la vida fuera completamente diferente a la de todos los demás, ese pequeño ritual siempre captaba mi atención, era como un ritual que me interesaba, no solo por verte allí, hermoso frente a la ventana, sino porque me mataba la curiosidad por saber en que pensabas cada vez que te recostabas en la ventana mientras rascabas con tu pierna derecha tu pierna izquierda.
Terminaste de fumar y te acercaste al sillón, me besaste la cabeza y sonreíste, rodeaste mi cuerpo con tus brazos, y tus manos lentamente recorrieron todo mi cuerpo, mi muslos los llenaste con tus caricias, las caricias temblorosas que siempre recibo de ti, no sé si son años de narcóticos en tu cuerpo o es que te pones nervioso al encontrarte conmigo, tu cuerpo se mecía lentamente sobre el mío, tu boca alcanzo mi oreja derecha, yo me estremecí del placer, tu respiración se acelero al igual que la mía, bailábamos en perfecta sincronía, tus caricias en mi espalda, tu cuerpo sobre el mío, los movimientos se tornaron más veloces, mis manos se aferraron fuertemente a tu espalda de nuevo, un gemido, un suspiro, creo que te volví a lastimar, y volví a ver mil fuegos artificiales en mi mente. Extenuados nos recostamos uno junto al otro con un par de enormes sonrisas en los labios, me besaste la frente y me abrazaste muy fuerte, me mantuviste junto a tu pecho, podía escuchar el latido de tu corazón y con esa tierna melodía que me aseguraba que estabas vivo, pensé y pensé… de tanto pensar en que esta danza entre tú y yo jamás terminaría, algo hacia falta, algo no cuadraba en esta visita, algo me parecía extraño, y me sentía muy preocupada, pero estaba tan feliz que simplemente me dormí entre tus brazos como siempre, olvidándome de todo, sintiendo tu olor a anís, colonia y hierba.
Que tal tu día? Preguntaste.
Exactamente igual que todos los días. Te dije tranquila
Encendiste la televisión, y estaban pasando una caricatura en la que había un robot, un anciano y una ciclope, de una u otra forma siempre que yo llegaba estaban pasando esa caricatura, como si fuera nuestra caricatura, reí levemente, aunque la situación no era chistosa, tu reíste conmigo.
-Te quiero mucho, dijiste.
-A que viene eso?
-Te molesta que te lo diga?
-No, no me molesta solo me parece extraño que ahora lo digas tan a menudo.
-Preferirías que me portara como antes?
-No, así está bien, definitivamente prefiero a este Antonio que al anterior.
-Cómo era el anterior?
-Menos cariñoso.
Te levantaste y tomaste tu pequeña pero efectiva pipa, la rellenaste y fumaste en la ventana, yo estaba sobre el sillón con las piernas cruzadas viéndote fumar, por alguna razón el acto en el que te levantabas, tomabas tu pipa, la rellenabas y fumabas, viendo hacia el horizonte, como si tu visión de la vida fuera completamente diferente a la de todos los demás, ese pequeño ritual siempre captaba mi atención, era como un ritual que me interesaba, no solo por verte allí, hermoso frente a la ventana, sino porque me mataba la curiosidad por saber en que pensabas cada vez que te recostabas en la ventana mientras rascabas con tu pierna derecha tu pierna izquierda.
Terminaste de fumar y te acercaste al sillón, me besaste la cabeza y sonreíste, rodeaste mi cuerpo con tus brazos, y tus manos lentamente recorrieron todo mi cuerpo, mi muslos los llenaste con tus caricias, las caricias temblorosas que siempre recibo de ti, no sé si son años de narcóticos en tu cuerpo o es que te pones nervioso al encontrarte conmigo, tu cuerpo se mecía lentamente sobre el mío, tu boca alcanzo mi oreja derecha, yo me estremecí del placer, tu respiración se acelero al igual que la mía, bailábamos en perfecta sincronía, tus caricias en mi espalda, tu cuerpo sobre el mío, los movimientos se tornaron más veloces, mis manos se aferraron fuertemente a tu espalda de nuevo, un gemido, un suspiro, creo que te volví a lastimar, y volví a ver mil fuegos artificiales en mi mente. Extenuados nos recostamos uno junto al otro con un par de enormes sonrisas en los labios, me besaste la frente y me abrazaste muy fuerte, me mantuviste junto a tu pecho, podía escuchar el latido de tu corazón y con esa tierna melodía que me aseguraba que estabas vivo, pensé y pensé… de tanto pensar en que esta danza entre tú y yo jamás terminaría, algo hacia falta, algo no cuadraba en esta visita, algo me parecía extraño, y me sentía muy preocupada, pero estaba tan feliz que simplemente me dormí entre tus brazos como siempre, olvidándome de todo, sintiendo tu olor a anís, colonia y hierba.
viernes, 9 de julio de 2010
5to Encuentro: Victoria, mi mejor amiga
La rutina en mi vida era totalmente predecible, con excepción de los sueños, hacia ya cuatros días desde la ultima vez que habías aparecido, me fui a acostar, cerré los ojos y me transporte en breves instantes a la casa en la playa, tú estabas allí yo me di vuelta y sentí la necesidad de caminar hacia otro lado, tu saliste y me gritaste
-MARTHA!!!!
-HOY NO... grite,
Me dirigí de forma apresurada a una casa hecha de madera, situada en el desierto, era una casa grande, pintada como las típicas casas estadounidenses blanca, con un techo color rojizo, toque el timbre, al principio parecía que no había nadie, y justo cuando me iba a ir nuevamente a encontrarme con mi imposible, abriste la puerta, eras tú, mi mejor amiga, como una muñeca de cerámica, pero con la ropa desgarbada, siempre me encanto tu forma alocada de vestir, te veías blanca como la leche, y con el pelo pintado de negro azulado, justo como te recordaba cuando te marchaste.
-Hay girií wha's up! me dijiste
Siempre me hablas en ingles, cuando algo te pasa, porque yo te entiendo y tú no tienes que detener la conversación para preguntarme si las palabras que dijiste en español estaban bien dichas, sonreí al ver tu rostro, tus ojos café avellanado me vieron con emoción, estaba tan feliz de estar allí contigo, pero a la vez triste porque había evitado una visita con él, el sujeto de mis suspiros.
-Hey... te conteste
-Can we talk in Spanish today... my brain it's all messed up... and I don't want to look like a fool in front of you.
-Claro Martha, as to steno.
Hablaste en perfecto español, pero seguía siendo tu voz de siempre, una voz tenue y sedante, tocaste mi pelo, y dijiste
-Qué te pasa amor?
-Estoy muy confundida.
-Por qué?
-Creo que quiero a alguien.
-Pero eso es maravilloso
-No, no lo es
Tu cara cambio rápidamente, te veías muy molesta.
-No entiendo por que tú siempre te complicas tanto la vida, vive el momento my leve, es hora de que tú te diviertas un poco.
En mi mente transcurrieron todos mis momentos junto a Antonio, tú pareciste entender a la perfección el problema, la confusión, la mezcla agridulce de sentimientos que durante meses habían habitado en mi cabeza.
Nuevamente como en un vaivén de emociones tu cara parecía feliz y después mas molesta que antes, pero sonreíste con tu perfecta sonrisa, como tallada en porcelana, tu nariz se arrugo un poco como siempre sucede cuando tu sonrisa es honesta e intentas darme consuelo, me abrazaste, era justo lo que necesitaba de ti, tu pelo olía como a vainilla, mi olor favorito, siempre me gusto ese olor porque me recordaba a ti, y a tantos años de amistad.
Nos sentamos a hablar tranquilas, sacaste un cigarro lo encendiste y de tu boca salió humo blanco, me ofreciste uno, e inmediatamente lo retiraste
-Había olvidado que no fumas
Tome la cajetilla y saque un tubo lleno de tabaco, tu lo encendiste por mí, fue como si no existiera la dstancia y tu si estuvieras allí junto a mí, tenias un problema, por eso me llamaste, el problema era sencillo, habías perdido un par de zapatos, que para ti eran la vida entera, juntas los buscamos y los encontramos, de un momento a otro note que tenias marcas en tus muñecas, marcas profundas y desagradables, sentí unas ganas inmensas de llorar, encontramos tus zapatos muy tarde, habías perdido las ganas de caminar o de buscar un camino, tus pies descalzos estaban llenos de moretones y cortaduras que te habías hecho al caminar en círculos, yo estaba tan perdida en mi mundo que no te supe escuchar.
Una pistola apareció de la nada, flotando en el aire, no sé que la sostenía pero apuntaba directo hacia mí, me levante lentamente y camine hacia atrás, el arma estaba intentando alejarme de ti, ahora veía claramente quien la sostenía, y estaba asustada de lo que esa persona podía hacerte, te abrace, te dije cuanto te amaba, y camine lentamente hacia otra dirección. En cuanto di la vuelta a la esquina el arma desapareció y tú apareciste frente a mí.
Me besaste la mejilla y apoyaste tu cabeza sobre mi hombro, juntas caminamos a la playa, en ese lugar yo sabía que nadie nos molestaría.
Allí estaba él y en cuanto te vio desapareció, era tiempo de estar con mi Victoria, la única mujer en este mundo que ha logrado entenderme y que se ha ganado un lugar en mi corazón para siempre, nos sentamos una junto a la otra, encendí una pipa con hierba la compartí contigo y vimos lo que bien podía ser el atardecer mas nostálgico, o el amanecer más brillante de nuestras vidas.
-MARTHA!!!!
-HOY NO... grite,
Me dirigí de forma apresurada a una casa hecha de madera, situada en el desierto, era una casa grande, pintada como las típicas casas estadounidenses blanca, con un techo color rojizo, toque el timbre, al principio parecía que no había nadie, y justo cuando me iba a ir nuevamente a encontrarme con mi imposible, abriste la puerta, eras tú, mi mejor amiga, como una muñeca de cerámica, pero con la ropa desgarbada, siempre me encanto tu forma alocada de vestir, te veías blanca como la leche, y con el pelo pintado de negro azulado, justo como te recordaba cuando te marchaste.
-Hay girií wha's up! me dijiste
Siempre me hablas en ingles, cuando algo te pasa, porque yo te entiendo y tú no tienes que detener la conversación para preguntarme si las palabras que dijiste en español estaban bien dichas, sonreí al ver tu rostro, tus ojos café avellanado me vieron con emoción, estaba tan feliz de estar allí contigo, pero a la vez triste porque había evitado una visita con él, el sujeto de mis suspiros.
-Hey... te conteste
-Can we talk in Spanish today... my brain it's all messed up... and I don't want to look like a fool in front of you.
-Claro Martha, as to steno.
Hablaste en perfecto español, pero seguía siendo tu voz de siempre, una voz tenue y sedante, tocaste mi pelo, y dijiste
-Qué te pasa amor?
-Estoy muy confundida.
-Por qué?
-Creo que quiero a alguien.
-Pero eso es maravilloso
-No, no lo es
Tu cara cambio rápidamente, te veías muy molesta.
-No entiendo por que tú siempre te complicas tanto la vida, vive el momento my leve, es hora de que tú te diviertas un poco.
En mi mente transcurrieron todos mis momentos junto a Antonio, tú pareciste entender a la perfección el problema, la confusión, la mezcla agridulce de sentimientos que durante meses habían habitado en mi cabeza.
Nuevamente como en un vaivén de emociones tu cara parecía feliz y después mas molesta que antes, pero sonreíste con tu perfecta sonrisa, como tallada en porcelana, tu nariz se arrugo un poco como siempre sucede cuando tu sonrisa es honesta e intentas darme consuelo, me abrazaste, era justo lo que necesitaba de ti, tu pelo olía como a vainilla, mi olor favorito, siempre me gusto ese olor porque me recordaba a ti, y a tantos años de amistad.
Nos sentamos a hablar tranquilas, sacaste un cigarro lo encendiste y de tu boca salió humo blanco, me ofreciste uno, e inmediatamente lo retiraste
-Había olvidado que no fumas
Tome la cajetilla y saque un tubo lleno de tabaco, tu lo encendiste por mí, fue como si no existiera la dstancia y tu si estuvieras allí junto a mí, tenias un problema, por eso me llamaste, el problema era sencillo, habías perdido un par de zapatos, que para ti eran la vida entera, juntas los buscamos y los encontramos, de un momento a otro note que tenias marcas en tus muñecas, marcas profundas y desagradables, sentí unas ganas inmensas de llorar, encontramos tus zapatos muy tarde, habías perdido las ganas de caminar o de buscar un camino, tus pies descalzos estaban llenos de moretones y cortaduras que te habías hecho al caminar en círculos, yo estaba tan perdida en mi mundo que no te supe escuchar.
Una pistola apareció de la nada, flotando en el aire, no sé que la sostenía pero apuntaba directo hacia mí, me levante lentamente y camine hacia atrás, el arma estaba intentando alejarme de ti, ahora veía claramente quien la sostenía, y estaba asustada de lo que esa persona podía hacerte, te abrace, te dije cuanto te amaba, y camine lentamente hacia otra dirección. En cuanto di la vuelta a la esquina el arma desapareció y tú apareciste frente a mí.
Me besaste la mejilla y apoyaste tu cabeza sobre mi hombro, juntas caminamos a la playa, en ese lugar yo sabía que nadie nos molestaría.
Allí estaba él y en cuanto te vio desapareció, era tiempo de estar con mi Victoria, la única mujer en este mundo que ha logrado entenderme y que se ha ganado un lugar en mi corazón para siempre, nos sentamos una junto a la otra, encendí una pipa con hierba la compartí contigo y vimos lo que bien podía ser el atardecer mas nostálgico, o el amanecer más brillante de nuestras vidas.
jueves, 8 de julio de 2010
4to Encuentro: No puedo verte.
Poco o mucho tiempo ha pasado desde la última vez que nos vimos, yo llevaba bastante tiempo de no querer saber nada sobre ti, estaba recostada en mi cama y empecé a sentir que un profundo sueño se adueñaba de mi conciencia, baje la cabeza lentamente, intente no dormirme, intente mantenerme despierta, en mi mundo donde tu presencia no podía aparecer de un momento a otro.
-Hola dijiste animado
-Hola conteste. Tengo que irme.
-No. por favor no te vayas.
-Si, ya es hora.
-No. todavía no te he dicho lo que te quería decir.
Me miraste con tus ojos suplicantes, llenos de ternura, eras como un niño, pequeño indefenso, que solo quería que alguien lo escuchara.
-Esta bien dime? pregunte con un tono un poco desesperado. Obviamente ya me había cansado de esa situación y cualquier cosa que me dijeras no sería suficiente para mantenerme allí junto a ti.
-Recuerdas la noche en la que nos conocimos?
-Si, conteste con toda la indiferencia que me permitió mi corazón.
-Tu pelo se veía rizado y largo, llevabas una blusa escotada que remarcaba lo hermoso de tu cuerpo, tu boca se coloco firmemente a la orilla del vaso de lleno de cerveza, bebiste un poco y de reojo me miraste, no te llame la atención pues desviaste la mirada, pero sé que te había quedado la inquietud de quién era yo.
-Si, te vi de reojo pero porque note que me veías, no porque quisiera verte. Estabas allí sentado con tu cerveza viéndome, mas bien observándome detenidamente, te veías igual que todos los demás, con tu playera negra, pantalón de lona y tenis, igual que todos los demás...
-No te interese hasta que estabas algo ebria?
-En efecto me pareciste muy tierno, pero era el estado etílico en el que me encontraba.
-Tú te me quedaste en la mente.
-Estoy segura que usas esa línea con casi todas las mujeres, ya me canse de estas visitas, quiero alejarme de ti, entonces por favor deja que me vaya, déjame alejarme de ti, deja de aparecerte en mis sueños.
-Son tus sueños no míos.
-También quiero que te alejes de mí en la realidad.
-Eso depende más de ti que de mi
-No sé si pueda.
-Si te alejas de mí en la realidad, siempre voy a estar aquí para apoyarte.
-No te quiero ni siquiera aquí
-Vas a necesitarme después de un tiempo.
-Por qué lo haría?
-Para recordarte lo que soy en la realidad, para que me diferencies de tus sueños, aquí soy todo lo que tú quieres que yo sea, allá soy todo lo que a ti te gusta pero que no puedes tener.
-Eso es cierto, pero hace meses que no te veo en realidad.
-Si tú no sabes que me ha pasado en el mundo real, yo tampoco se.
-Llevo medio año viviendo aquí, no he visitado esa ciudad en todo ese tiempo, no sé que ha sido de ti, solo por internet, y siempre hablamos de cosas insignificantes, aunque estas tres semanas no te he visto en chat, no me has mandado mensajes...
-Crees que algo me paso?
-Tal vez sí.
-Qué pudo ser?
-Tal vez este muerto, reí de mi absurda idea
-Es posible. Sonreíste tristemente.
-Martha?
-Qué pasa?
-Martha?
-Qué sucede?
-Martha????!!!!!!
-Qué pasa??
-NO PUEDO VERTE! DONDE ESTAS?
En ese momento desperté.
-Hola dijiste animado
-Hola conteste. Tengo que irme.
-No. por favor no te vayas.
-Si, ya es hora.
-No. todavía no te he dicho lo que te quería decir.
Me miraste con tus ojos suplicantes, llenos de ternura, eras como un niño, pequeño indefenso, que solo quería que alguien lo escuchara.
-Esta bien dime? pregunte con un tono un poco desesperado. Obviamente ya me había cansado de esa situación y cualquier cosa que me dijeras no sería suficiente para mantenerme allí junto a ti.
-Recuerdas la noche en la que nos conocimos?
-Si, conteste con toda la indiferencia que me permitió mi corazón.
-Tu pelo se veía rizado y largo, llevabas una blusa escotada que remarcaba lo hermoso de tu cuerpo, tu boca se coloco firmemente a la orilla del vaso de lleno de cerveza, bebiste un poco y de reojo me miraste, no te llame la atención pues desviaste la mirada, pero sé que te había quedado la inquietud de quién era yo.
-Si, te vi de reojo pero porque note que me veías, no porque quisiera verte. Estabas allí sentado con tu cerveza viéndome, mas bien observándome detenidamente, te veías igual que todos los demás, con tu playera negra, pantalón de lona y tenis, igual que todos los demás...
-No te interese hasta que estabas algo ebria?
-En efecto me pareciste muy tierno, pero era el estado etílico en el que me encontraba.
-Tú te me quedaste en la mente.
-Estoy segura que usas esa línea con casi todas las mujeres, ya me canse de estas visitas, quiero alejarme de ti, entonces por favor deja que me vaya, déjame alejarme de ti, deja de aparecerte en mis sueños.
-Son tus sueños no míos.
-También quiero que te alejes de mí en la realidad.
-Eso depende más de ti que de mi
-No sé si pueda.
-Si te alejas de mí en la realidad, siempre voy a estar aquí para apoyarte.
-No te quiero ni siquiera aquí
-Vas a necesitarme después de un tiempo.
-Por qué lo haría?
-Para recordarte lo que soy en la realidad, para que me diferencies de tus sueños, aquí soy todo lo que tú quieres que yo sea, allá soy todo lo que a ti te gusta pero que no puedes tener.
-Eso es cierto, pero hace meses que no te veo en realidad.
-Si tú no sabes que me ha pasado en el mundo real, yo tampoco se.
-Llevo medio año viviendo aquí, no he visitado esa ciudad en todo ese tiempo, no sé que ha sido de ti, solo por internet, y siempre hablamos de cosas insignificantes, aunque estas tres semanas no te he visto en chat, no me has mandado mensajes...
-Crees que algo me paso?
-Tal vez sí.
-Qué pudo ser?
-Tal vez este muerto, reí de mi absurda idea
-Es posible. Sonreíste tristemente.
-Martha?
-Qué pasa?
-Martha?
-Qué sucede?
-Martha????!!!!!!
-Qué pasa??
-NO PUEDO VERTE! DONDE ESTAS?
En ese momento desperté.
3er Encuentro: Una visita normal.
Estaba caminando lentamente por la senda que llevaba a la casa, me pare a unos cuantos metros de la casa que estaba en la playa, nuevamente sentí la necesidad de dar la vuelta e irme por donde vine, pero la luz de la casa ya estaba encendida, me estabas esperando. Seguí el camino hasta llegar a la casa, con sumo nerviosismo asome mi cabeza por la ventana, tu estabas allí, fumando como de costumbre, el aroma del humo se filtro por mi nariz, ese aroma que de una forma muy peculiar me daba la bienvenida, entre a la casa, me quite los zapatos y me senté en el sillón, tú me alcanzaste una taza de té de manzanilla y te sentaste frente a mí.
-Pareces molesta dijiste.
-No, no lo estoy. Te conteste mientras tomaba tu mano para asegurarte que estaba todo normal. -Te extrañe, que tal tu día? Cómo estuvo tu tarde? Cuéntamelo todo? sonreí
-Normal, bañe a mi perro, llene unos sacos con arena, le di vueltas a la manzana, limpie mi cuarto, y en la tarde fui al parque a encontrarme con los de siempre. Y tú?
-Yo leí un libro, fui a estudiar y volví a casa, tome mucho café. En ese momento sentí ganas de despertar y ya no verte nuevamente me había invadido la inseguridad de no saberte mío, y me sentí atormentada por estar allí junto a ti.
-Has pensado en lo que te dije? dijiste con ansias, aparentemente yo no estaba cuando me lo dijiste, porque no lo recordaba.
-No, te dije no lo he pensado. Como si una parte de mi si supiera de lo que estabas hablando
-Vamos a la cocina, temes que comer algo,
-No tengo hambre, te dije desgastada, comí antes de venir.
Era como si no tuviéramos nada de qué hablar, o como si ambos no quisiéramos hacerlo, no sé porque pero mi mente no dejaba de pensar en lo mucho que te quería, y tu parecías escuchar lo que mi mente decía.
Te levantaste del sillón y me tomaste entre tus brazos, en ese momento se me hizo el lugar más tranquilo y feliz del universo, porque me aseguraban que estabas allí junto a mí. Tu olor como a anís mezclado con hierba y colonia, me invadió por completo esa mezcla dulce y tostada que convinada solo hacía que yo me volviera más loca por estar junto a ti, pues eras la única persona que yo había conocido hasta ahora capaz de hacer que esos olores confinaran, tu olor invadió todo mi ser recosté mi cabeza en tu pecho y tu susurraste algo inentendible. Creo que fue te quiero, pues yo te conteste y yo a ti.
Cada escapada juntos estaba haciendo que yo te quisiera mas, en poco tiempo estos encuentros fortuitos iban a ser algo rutinario, me sentía completamente insegura y absolutamente tonta, decirme te quiero brotaba de tu boca como algo tan natural.
Decidiste salir de la casa, ir al pueblito que estaba cerca de esa playa a comprar donas, las cosas dulces te gustan mucho, yo decidí quedarme en casa a esperarte, pero tu insististe en que te acompañara, me puse de pie un poco molesta porque no me gusta caminar, me lanzaste tu sonrisa mas chantajista, la que sabes que no puedo resistir y que para añadir encanto siempre me pone de buen humor, caminamos hacia la puerta y en silencio nos dirigimos hacia el pequeño pueblo. Llegamos pronto, compraste los dulces panecillos que tanto te gustaban y regresamos, con tranquilidad por los senderos a la casa.
Comimos y nos sentamos a ver televisión, a veces nuestras vidas parecían tan insulsas cuando se mezclaban, la tuya con la mía, separados éramos personas diferentes, pero yo me sentía feliz.
Estaba divagando cuando tu mano alcanzo mi cintura, rodeo mi cuerpo con facilidad, tu cara emocionada desprovista de inhibiciones se acerco lentamente a la mía, plantaste un beso firme, seguro y tibio en mi boca, acariciaste mi pelo y me llevaste a consumirme en el placer de tus caricias.
Me solté de entre tus brazos, me levante y me coloque la ropa, salí en silencio esperando tener la fuerza para no regresar nunca más. Yo sabía que en cuanto me llamaras yo iba a volver a llegar, pero por el momento mi firmeza estaba en no volverte a ver.
-Pareces molesta dijiste.
-No, no lo estoy. Te conteste mientras tomaba tu mano para asegurarte que estaba todo normal. -Te extrañe, que tal tu día? Cómo estuvo tu tarde? Cuéntamelo todo? sonreí
-Normal, bañe a mi perro, llene unos sacos con arena, le di vueltas a la manzana, limpie mi cuarto, y en la tarde fui al parque a encontrarme con los de siempre. Y tú?
-Yo leí un libro, fui a estudiar y volví a casa, tome mucho café. En ese momento sentí ganas de despertar y ya no verte nuevamente me había invadido la inseguridad de no saberte mío, y me sentí atormentada por estar allí junto a ti.
-Has pensado en lo que te dije? dijiste con ansias, aparentemente yo no estaba cuando me lo dijiste, porque no lo recordaba.
-No, te dije no lo he pensado. Como si una parte de mi si supiera de lo que estabas hablando
-Vamos a la cocina, temes que comer algo,
-No tengo hambre, te dije desgastada, comí antes de venir.
Era como si no tuviéramos nada de qué hablar, o como si ambos no quisiéramos hacerlo, no sé porque pero mi mente no dejaba de pensar en lo mucho que te quería, y tu parecías escuchar lo que mi mente decía.
Te levantaste del sillón y me tomaste entre tus brazos, en ese momento se me hizo el lugar más tranquilo y feliz del universo, porque me aseguraban que estabas allí junto a mí. Tu olor como a anís mezclado con hierba y colonia, me invadió por completo esa mezcla dulce y tostada que convinada solo hacía que yo me volviera más loca por estar junto a ti, pues eras la única persona que yo había conocido hasta ahora capaz de hacer que esos olores confinaran, tu olor invadió todo mi ser recosté mi cabeza en tu pecho y tu susurraste algo inentendible. Creo que fue te quiero, pues yo te conteste y yo a ti.
Cada escapada juntos estaba haciendo que yo te quisiera mas, en poco tiempo estos encuentros fortuitos iban a ser algo rutinario, me sentía completamente insegura y absolutamente tonta, decirme te quiero brotaba de tu boca como algo tan natural.
Decidiste salir de la casa, ir al pueblito que estaba cerca de esa playa a comprar donas, las cosas dulces te gustan mucho, yo decidí quedarme en casa a esperarte, pero tu insististe en que te acompañara, me puse de pie un poco molesta porque no me gusta caminar, me lanzaste tu sonrisa mas chantajista, la que sabes que no puedo resistir y que para añadir encanto siempre me pone de buen humor, caminamos hacia la puerta y en silencio nos dirigimos hacia el pequeño pueblo. Llegamos pronto, compraste los dulces panecillos que tanto te gustaban y regresamos, con tranquilidad por los senderos a la casa.
Comimos y nos sentamos a ver televisión, a veces nuestras vidas parecían tan insulsas cuando se mezclaban, la tuya con la mía, separados éramos personas diferentes, pero yo me sentía feliz.
Estaba divagando cuando tu mano alcanzo mi cintura, rodeo mi cuerpo con facilidad, tu cara emocionada desprovista de inhibiciones se acerco lentamente a la mía, plantaste un beso firme, seguro y tibio en mi boca, acariciaste mi pelo y me llevaste a consumirme en el placer de tus caricias.
Me solté de entre tus brazos, me levante y me coloque la ropa, salí en silencio esperando tener la fuerza para no regresar nunca más. Yo sabía que en cuanto me llamaras yo iba a volver a llegar, pero por el momento mi firmeza estaba en no volverte a ver.
miércoles, 7 de julio de 2010
2do Encuentro: Algo que contar.
Nuevamente me encontraba en mi cuarto haciendo los rituales pertinentes para partir a los brazos de Morfeo, cepille mis dientes, coloque crema en mis piernas y me puse las pijamas, apague la computadora y me acosté, en pocos instantes me encontré nuevamente sentada a la orilla de la playa, la misma playa en la que nos vimos la ultima vez, esta vez yo estaba sola pero sabía que no tardabas en aparecer, de pronto algo tibio toco mi hombro, tu siempre tienes una temperatura corporal muy elevada, por eso supe de quien se trataba, te sentaste junto a mí, y de una forma muy tierna, casi infantil besaste mi mejilla,
-Hola dijiste con una sonrisa ansiosa y vivaz, como si no pudieras esperar a contarme algo.
-Hola suspire -A que se debe tanta felicidad?
- No estoy tan feliz, tomaste mi mano para asegurarte de que me mantuviera junto a ti, - Yo normal me dijiste y te reíste como haces siempre que me dices esa frase, sacaste una pipa pequeña pero efectiva, la rellenaste con ese narcótico que tu tanto amas, la llevaste a tu boca y con tu encendedor negro hiciste que ardiera la hierba, el humo paso por la boquilla directo a tus pulmones, inhalaste con tranquilidad y exhalaste un humo blanco de olor peculiar, me ofreciste un poco y yo acepte, como todo un caballero encendiste la pipa por mí.
Hace mucho que viniste? me preguntaste
-No, acabo de llegar.
-Lamento haberte hecho esperar.
-No espere casi nada
-Ya no aguantaba las ganas de verte, te extrañaba. Un tono raro melancólico invadió esta última palabra, como si en verdad lo sintieras.
-Este bien. Te conteste un poco indiferente. Después de tanto tiempo yo ya no sabía si creerte o simplemente ignorar tus palabras de afecto, me confundían y era mejor no hacerme más ilusiones.
Esta visita fue distinta generalmente tu llegabas antes, pero hoy yo sentí una loca necesidad de verte, en cuanto llegue me senté en la playa, me encantaba esperarte allí donde todo empezó, mis pies desnudos en la arena se movían al ritmo de una canción que no poda dejar de tararear, me aparte a mi mundo pensaba en lo difícil que sería despedirme de ti ese día, lo horrible que sería una vida lejos de ti, lo mal que me sentía sabiendo que no eras del todo mío, pensaba en lo feliz que me iba a sentir cuando todo esto terminara, cuando tus miradas ya no volteara mi mundo de cabeza y cuando escucharte hablar de otras mujeres no atormentara mi corazón. Volví a la realidad, tu junto a mi hablándome de algo que no entendía bien, jugabas con mis manos, palmada... palmada.... palmada.... guardaste silencio como si hubieras notado que no entendía nada de lo que me estabas hablando, el silencio se prolongo, pero no fue un silencio incomodo, yo me sentía muy feliz allí junto a ti y te sentías feliz junto a mí, los dos en silencio nos expresábamos cariño a través de las manos, las miradas, los suspiros, las caricias, no había necesidad de decir palabra alguna, no había necesidad de mas.
-Tengo algo que contarte me dijiste en voz baja
-Ya es hora de irme. Te dije con un tono triste
-Pero es algo importante
-Pronto nos volveremos a ver, hoy tenía muchas ganas de verte sabias?
-Deberás?
-Si, conteste con un tono que entremezclaba una profunda tristeza y mucha felicidad, esperaba poder besarte y abrazarte, continué diciendo, me hacías mucha falta, anoche soñé contigo, no podía esperar a volver a verte, pero cuando viniste sentí un olor a perfume, un perfume que no me pertenece, no sé cuánto tiempo pueda soportar esto, no quisiera compartirte, yo te quiero y tu no me quieres lo suficiente, estos encuentros fortuitos me embargan de felicidad porque por breves instantes me perteneces y eres solo mío, pero luego tengo que regresar al mundo real donde tú no eres mío.
Me puse de pie te bese y te dije nos vemos pronto sonreíste y contestaste
-Soñare contigo, te extrañare mucho hasta volverte a ver, no olvide que tengo algo que decirle, vuelva pronto.
-Ambos sabemos que volveré.
Empecé a caminar y cuando ya estaba algo lejos escuche un grito:
-Martha!!!!
-Si? conteste riéndome
-La quiero mucho, sin importar lo que pase, gritaste.
Mi corazón brinco de la emoción... flote hacia donde había dejado mis zapatos me los puse y todo se puso obscuro, había despertado
-Hola dijiste con una sonrisa ansiosa y vivaz, como si no pudieras esperar a contarme algo.
-Hola suspire -A que se debe tanta felicidad?
- No estoy tan feliz, tomaste mi mano para asegurarte de que me mantuviera junto a ti, - Yo normal me dijiste y te reíste como haces siempre que me dices esa frase, sacaste una pipa pequeña pero efectiva, la rellenaste con ese narcótico que tu tanto amas, la llevaste a tu boca y con tu encendedor negro hiciste que ardiera la hierba, el humo paso por la boquilla directo a tus pulmones, inhalaste con tranquilidad y exhalaste un humo blanco de olor peculiar, me ofreciste un poco y yo acepte, como todo un caballero encendiste la pipa por mí.
Hace mucho que viniste? me preguntaste
-No, acabo de llegar.
-Lamento haberte hecho esperar.
-No espere casi nada
-Ya no aguantaba las ganas de verte, te extrañaba. Un tono raro melancólico invadió esta última palabra, como si en verdad lo sintieras.
-Este bien. Te conteste un poco indiferente. Después de tanto tiempo yo ya no sabía si creerte o simplemente ignorar tus palabras de afecto, me confundían y era mejor no hacerme más ilusiones.
Esta visita fue distinta generalmente tu llegabas antes, pero hoy yo sentí una loca necesidad de verte, en cuanto llegue me senté en la playa, me encantaba esperarte allí donde todo empezó, mis pies desnudos en la arena se movían al ritmo de una canción que no poda dejar de tararear, me aparte a mi mundo pensaba en lo difícil que sería despedirme de ti ese día, lo horrible que sería una vida lejos de ti, lo mal que me sentía sabiendo que no eras del todo mío, pensaba en lo feliz que me iba a sentir cuando todo esto terminara, cuando tus miradas ya no volteara mi mundo de cabeza y cuando escucharte hablar de otras mujeres no atormentara mi corazón. Volví a la realidad, tu junto a mi hablándome de algo que no entendía bien, jugabas con mis manos, palmada... palmada.... palmada.... guardaste silencio como si hubieras notado que no entendía nada de lo que me estabas hablando, el silencio se prolongo, pero no fue un silencio incomodo, yo me sentía muy feliz allí junto a ti y te sentías feliz junto a mí, los dos en silencio nos expresábamos cariño a través de las manos, las miradas, los suspiros, las caricias, no había necesidad de decir palabra alguna, no había necesidad de mas.
-Tengo algo que contarte me dijiste en voz baja
-Ya es hora de irme. Te dije con un tono triste
-Pero es algo importante
-Pronto nos volveremos a ver, hoy tenía muchas ganas de verte sabias?
-Deberás?
-Si, conteste con un tono que entremezclaba una profunda tristeza y mucha felicidad, esperaba poder besarte y abrazarte, continué diciendo, me hacías mucha falta, anoche soñé contigo, no podía esperar a volver a verte, pero cuando viniste sentí un olor a perfume, un perfume que no me pertenece, no sé cuánto tiempo pueda soportar esto, no quisiera compartirte, yo te quiero y tu no me quieres lo suficiente, estos encuentros fortuitos me embargan de felicidad porque por breves instantes me perteneces y eres solo mío, pero luego tengo que regresar al mundo real donde tú no eres mío.
Me puse de pie te bese y te dije nos vemos pronto sonreíste y contestaste
-Soñare contigo, te extrañare mucho hasta volverte a ver, no olvide que tengo algo que decirle, vuelva pronto.
-Ambos sabemos que volveré.
Empecé a caminar y cuando ya estaba algo lejos escuche un grito:
-Martha!!!!
-Si? conteste riéndome
-La quiero mucho, sin importar lo que pase, gritaste.
Mi corazón brinco de la emoción... flote hacia donde había dejado mis zapatos me los puse y todo se puso obscuro, había despertado
1er encuentro: II parte.
Nuevamente comienza mi sueño: comenzo justo donde habia terminado sentados uno junto al otro hablabamos sobre lo mucho que nos dolia todo el cuerpo, y sobre lo mucho que nos pesaba el alma, tu no dejabas de acariciarme el pelo y entre platica y platica, entre tema y tema, me decias te quiero, obstinado por mantenerme junto a ti tomaste mi mano y no la soltaste, me estaba apretando, me dolia sentirte tan cerca de mi, me dolia saberte tan cerca y tan lejos, era una placer agridulce que no sabia si queria seguir soportando o si queria salir huyendo de ti.
Yo veia en sus ojos a alguien mas alguien que no era yo, la veia ai constate e inmovil tenia nombre como de flor, detuviste el tiempo y tus ojos se vaciaron de todo, detuviste el tiempo para mi.
Me levante con mucha dificultad y segui mi camino, tu caminaste atras de mi durante parte de mi sueño, caminaste en silencio, como cuidandome. Te pedi que te alejaras pero insististe en caminar, te explique que mi camino no era el tuyo y que te tenias que marchar, camine yo solita solita y tu no estabas alli, al poco tiempo volviste a aparecer a mi lado, como llamado con mis suspiros e invocado por mi llanto y ya no estaba sola nos sentamos a ver la luna en la playa y no recuerdo nada mas.
Yo veia en sus ojos a alguien mas alguien que no era yo, la veia ai constate e inmovil tenia nombre como de flor, detuviste el tiempo y tus ojos se vaciaron de todo, detuviste el tiempo para mi.
Me levante con mucha dificultad y segui mi camino, tu caminaste atras de mi durante parte de mi sueño, caminaste en silencio, como cuidandome. Te pedi que te alejaras pero insististe en caminar, te explique que mi camino no era el tuyo y que te tenias que marchar, camine yo solita solita y tu no estabas alli, al poco tiempo volviste a aparecer a mi lado, como llamado con mis suspiros e invocado por mi llanto y ya no estaba sola nos sentamos a ver la luna en la playa y no recuerdo nada mas.
martes, 6 de julio de 2010
1er Encuentro: Soñe contigo
Nuevamente soñe contigo caminabamos bajo el manto de la noche tomados de las manos hablando de la incertidumbre que encerraba nuestro futuro, riendo de lo absurdo que era nuestro pasado, preocupados por lo confuso de nuestro presente, una lagrima cayo por mi rostro y tu la secaste con tu mano
-por que lloras? me preguntaste. Yo no fui capaz de contestar.
Me tomaste entre tus brazos, los brazos entre los cuales me encanta despertar... esos brazos afectuosos que confortan mi tristeza y que me sostienen cuando siento desfallecer, esos brazos oh esos brazos...
Y nuevamente de tu hermosa boca salieron las mismas palabras que hicieron nacer la primera lagrima:
-por que lloras? volviste a preguntar, no podia articular palabra alguna mi mente giraba en un torbellino de ideas insulsas, las cuales brotaban de mi sin poderlas detener.
-Tu me quieres? te pregunte entre sollozos
La pregunta parecio sorprenderte, tu cara se entristecio mas me abrazaste y luego te separaste lentamente de mi, pusiste tu mano en mi mejilla, enredaste tus dedos entre mi pelo, miraste fijamente mis ojos y contestaste: Si.
Mi cara se ilumino, pude verlo en el reflejo de tus ojos, nos sentamos a la orilla de la playa, acariciaste con tu mano mis muslos como sueles hacerlo cuando estamos sentados uno frente a otro, yo acaricie tu nariz, como hago cuando siento que te quiero mas, guardamos silencio, solo se podia escuchar el mar, que parecia hablar un idioma que solo tu y yo entendiamos, las olas locas de emocion te susurraban: besala... besala.... tu cara enrojecio, millones de gotas de agua te incitaban a besarme.
Tomaste mi mano, y te acercaste rapida y bruscamente a mi rostro a pocos milimetros de lo que pudo ser una colision aminoraste la velocidad y posaste firmemente tus labios sobre los mios, pude sentir el calor de tu cuerpo, pude escuchar el latido de tu corazon, el bramido del mar se vio opacado por los fuegos artificiales en mi cabeza, fue un beso memorable.
Nuevamente me tomaste entre tus brazos y me recostaste en la arena, tus dedos en mi pelo, mis dedos en tu pelo, mi mano se deslizo hacia tu nuca, tus manos se aferraron a mi cintura, tu cuerpo y el mio se partieron en pedazos se mezclaron con el mar, y me olvide de mi nombre y de mi forma, de mi vida y de mis sueños, para mi solo estabas tu, solo existia esa aura de artista que te envuelve, que te hace irresistible que me mueve, que me pierde. Tu me veias fijamente me aferre a tu espalda, creo que te lastime, no queria dejarte ir.
Nos levantamos tristemente exhaustos del amor, me miraste fijamente
- No llores. me dijiste
-No lloro. Conteste
De mis ojos brotaron lagrimas, estaba llorando nuevamente sin entender el por que.
Me levante y te di un beso, todo encajaba ahora.
Adios te dije mientras acariciaba tu nariz, tu me detuviste me miraste fijamente y con susurros me dijiste:
No es tiempo todavia, ven sientate aqui, abrazame otro instante... solo un instante mas.
-por que lloras? me preguntaste. Yo no fui capaz de contestar.
Me tomaste entre tus brazos, los brazos entre los cuales me encanta despertar... esos brazos afectuosos que confortan mi tristeza y que me sostienen cuando siento desfallecer, esos brazos oh esos brazos...
Y nuevamente de tu hermosa boca salieron las mismas palabras que hicieron nacer la primera lagrima:
-por que lloras? volviste a preguntar, no podia articular palabra alguna mi mente giraba en un torbellino de ideas insulsas, las cuales brotaban de mi sin poderlas detener.
-Tu me quieres? te pregunte entre sollozos
La pregunta parecio sorprenderte, tu cara se entristecio mas me abrazaste y luego te separaste lentamente de mi, pusiste tu mano en mi mejilla, enredaste tus dedos entre mi pelo, miraste fijamente mis ojos y contestaste: Si.
Mi cara se ilumino, pude verlo en el reflejo de tus ojos, nos sentamos a la orilla de la playa, acariciaste con tu mano mis muslos como sueles hacerlo cuando estamos sentados uno frente a otro, yo acaricie tu nariz, como hago cuando siento que te quiero mas, guardamos silencio, solo se podia escuchar el mar, que parecia hablar un idioma que solo tu y yo entendiamos, las olas locas de emocion te susurraban: besala... besala.... tu cara enrojecio, millones de gotas de agua te incitaban a besarme.
Tomaste mi mano, y te acercaste rapida y bruscamente a mi rostro a pocos milimetros de lo que pudo ser una colision aminoraste la velocidad y posaste firmemente tus labios sobre los mios, pude sentir el calor de tu cuerpo, pude escuchar el latido de tu corazon, el bramido del mar se vio opacado por los fuegos artificiales en mi cabeza, fue un beso memorable.
Nuevamente me tomaste entre tus brazos y me recostaste en la arena, tus dedos en mi pelo, mis dedos en tu pelo, mi mano se deslizo hacia tu nuca, tus manos se aferraron a mi cintura, tu cuerpo y el mio se partieron en pedazos se mezclaron con el mar, y me olvide de mi nombre y de mi forma, de mi vida y de mis sueños, para mi solo estabas tu, solo existia esa aura de artista que te envuelve, que te hace irresistible que me mueve, que me pierde. Tu me veias fijamente me aferre a tu espalda, creo que te lastime, no queria dejarte ir.
Nos levantamos tristemente exhaustos del amor, me miraste fijamente
- No llores. me dijiste
-No lloro. Conteste
De mis ojos brotaron lagrimas, estaba llorando nuevamente sin entender el por que.
Me levante y te di un beso, todo encajaba ahora.
Adios te dije mientras acariciaba tu nariz, tu me detuviste me miraste fijamente y con susurros me dijiste:
No es tiempo todavia, ven sientate aqui, abrazame otro instante... solo un instante mas.
Noche
Anoche fue una noche de llanto y tempestad silenciosa, era mas bien como una lluvia de ideas negativas que caía incesantemente sobre mis hombros... me coloque encima cargas que no me correspondían, aparte mi mirada del aquí y el ahora y empecé a preocuparme por cosas que ni siquiera habían pasado, mire hacia atras revise mi pasado.... recoste mi cabeza sobre la almohada que ya estaba algo humedecida con mi llanto... abri mis ojos y dispuse firmemente dejar mis ideas negativas fuera de mi casa y que la noche se llevara toda la tristeza que quedaba dentro de mi corazon.
Esta mañana amanecio soleado anunciando que el terrible dia de ayer afortunadamente ya habia terminado y que cualquier suceso o acontecimiento que me haya atormentado ayer ya quedo en el pasado... donde corresponde... vamos a ver que me depara este nuevo dia...
Esta mañana amanecio soleado anunciando que el terrible dia de ayer afortunadamente ya habia terminado y que cualquier suceso o acontecimiento que me haya atormentado ayer ya quedo en el pasado... donde corresponde... vamos a ver que me depara este nuevo dia...
lunes, 5 de julio de 2010
Primera entrada
Siendo esta mi primera entrada creo que seria bueno presentarme
Me llamo Claudia, en realidad no tengo ningún talento extraordinario... soy mas bien una joven extraña de 22 años de edad... estudio.... no trabajo... paso mi tiempo leyendo, escribiendo, escuchando música y con mis amigos, la razón por la que hice esto fue porque un muy buen amigo me lo recomendó supongo que cree que tengo algo que ofrecer, el internet es tan grande... espero que les guste mi forma de arte, quisiera empezar con algo que escribí hace bastante tiempo pero creo que dice bastante bien como soy:
Así como tu me decías
Así como tú me decías
Así me siento ahora tan triste y tan sola
Tan abatida y exhausta,
Extenuada y descorazonada
Y con el paso del tiempo la carga se va aminorando
Así como tú me decías
Así se repite mi historia, hora tras hora lo mismo
Día tras día la misma melodía que suena en mi cabeza
Y que se repite desde que me levanto hasta que me acuesto
La triste y sosa melodía de mi vida
Que suena cuando como y suena cuando duermo
Y nadie la escucha, nadie más que yo.
Así como tú me decías
Veo a la gente pasar, llegan y se van de mi vida
Llegan y me llevan y luego me dejan perdida
Así como tú me decías
Así vivo mi vida tan incomprendida vacía e inoportuna
Tan trastornada e incipiente
Así como tú me decías
Sigo tan ingeniosa pero absurda, ambigua y desmesurada
Confundiendo la partida de la llegada.
Así como tú me decías
Me llevaron de la mano al amor imaginario,
A perderme en el placer de ser querida
Me dieron un par de estrellas
Me regalaron varios cielos
soy dueña de infinidad de rosas marchitas
me abandone en la simpleza del amor
fui demasiado correspondida
Así como tú me decías
Acabe huyendo de quien me dio el cielo
Termine alejando a quien me dio una estrella
Y murieron todas mis rosas
Viviendo sin sol ni luna
Sin camino ni sueños
Así como tú me decías
Así como tu me decías
Hubieron risas y alegrías
Que desbordaron mi vida,
Hubieron locuras y aventuras
Que jamas cambiaría
Besos sin iguales, atardecer es espectaculares
Música que me dejaba respirar
Y uno que otro amanecer en sus brazos
Pajaros cantando, sonrisas sin engaños
Así como tu me decías
Caricias que levantaban montañas
Palabras que incendiaban el mar
Amores inolvidables
Y miradas de pasión y de perfecta complicidad
Así como tu me decías
Tengo mis estrellas en el cielo
Estrellas que me regalo un corazón sincero
Tengo mi luna guardada en una botella
Y mi sol envuelto en terciopelo
A la par de mil y una rosas que valen
Mas de cien billones de te quiero
Así como tú me decías
Momentos de felicidad han llegado
Y tan rápido como llegaron
Me los han arrebatado
Y entre llanto me han dejado
Cómo es posible eso?
Y aunque me duela admitirlo
Todo en mi vida ha ocurrido
Tan desastroso como maravilloso
Tan injusto como merecido
Y todo es justo y exacto
Así como tú me decías.
Música que me dejaba respirar
Y uno que otro amanecer en sus brazos
Pajaros cantando, sonrisas sin engaños
Así como tu me decías
Caricias que levantaban montañas
Palabras que incendiaban el mar
Amores inolvidables
Y miradas de pasión y de perfecta complicidad
Así como tu me decías
Tengo mis estrellas en el cielo
Estrellas que me regalo un corazón sincero
Tengo mi luna guardada en una botella
Y mi sol envuelto en terciopelo
A la par de mil y una rosas que valen
Mas de cien billones de te quiero
Así como tú me decías
Momentos de felicidad han llegado
Y tan rápido como llegaron
Me los han arrebatado
Y entre llanto me han dejado
Cómo es posible eso?
Y aunque me duela admitirlo
Todo en mi vida ha ocurrido
Tan desastroso como maravilloso
Tan injusto como merecido
Y todo es justo y exacto
Así como tú me decías.
Con el tiempo iré añadiendo mas poemas, pensamientos, comentarios espero que alguien lo lea... jejejeje y las criticas constructivas son bien recibidas... los halagos no están de mas
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