jueves, 16 de diciembre de 2010

[4] El primer viaje.

Eran las seis de la mañana y yo estaba recostada en la cama viendo hacía mi maletín, pensando en ir a buscar el libro, me levante y mis manos temblaron ligeramente al sacar el libro, como si ese objeto representara algo fuera de este mundo; puse mis manos sobre la pasta negra y dura, me percate de que este libro se sentía tibio, lo cual era un cualidad peculiar para un libro.


Observe con detenimiento la imagen que estaba en la portada, era una mujer de cabello rizado que estaba saliendo por una ventana, mientras una mujer exactamente igual se encontraba durmiendo plácidamente sobre una cama, empecé a leer rápidamente el libro, mientras más leía, mas identificada me sentía con todas las indicaciones que el libro daba, una a una me fui comiendo las paginas sin descanso, era como un platillo recién sacado del horno cuyo olor seducía e invitaba a comer hasta saciarse, todas y cada una de las instrucciones eran parte de un ritual que yo había practicado durante años, termine de leer en poco tiempo, mi cabeza estaba tan llena de ideas que no podía concentrarme en nada, era como una sobrecarga que no me permitía hacer cosas de forma racional y voluntaria.

Encendí la televisión y navegue por todos los canales sin prestar atención, a las imágenes o al sonido, después de varias vueltas sin escalas por los noventa y nueve canales, la apague me levante y fui a mi escritorio encendí la computadora, las luces azules del teclado empezaron a parpadear, por alguna razón sentí que esta vez la computadora tardo más tiempo en encender que de costumbre, me levante y me dirigí al estéreo, lo encendí e inmediatamente escuche Think I’m in love, de Beck, la pegajosa letra empezó a sonar I really think I better get a hold of myself, Don't wanna let the night get ahead of myself…. La música se fue difuminando en mi cabeza, en mi mente se dibujo un pared blanca y amplia.


Era un completo bloqueo mental, no podía pensar en nada, me acosté en el piso, el cual estaba sumamente frio, mi cuerpo lo sentía pero no existía incomodidad alguna, mis ojos veían el techo, era tan blanco como mi mente, de un momento a otro empecé plasmar en lo blanco un balcón y en el balcón había un perro, una puerta de madera, una grada por aquí, un par de muros por allá, en pocos instantes había hecho una estructura completa, había una sala con cuatro sillas de madera, en las paredes habían repujados y cuadros de paisajes, pintados por una mano inexperta, la sala tenía una puerta y al pasar por ella lentamente fui dibujando un corredor, al final había un comedor con seis viejas y gastadas sillas, camine por la casa como si la conociera desde siempre, si habían pedazos blancos, los iba rellenando con colores y texturas, paredes celestes, y piso gris, todo de madera, camine nuevamente a la sala, y me vi, era yo, parada en el balcón de esa casa, y había alguien afuera, sostenía mi mano a través de la rejilla y decía palabras que no lograba escuchar.

Entrecerré los ojos para intentar ver mejor a la persona que sostenía mi mano, pero lentamente las imágenes se fueron borrando, nuevamente estaba tendida en el piso de mi cuarto viendo al techo, el piso estaba tan frio que me dolían los pies la espalda y la cabeza, pero no me importo, intente ir a esa casa nuevamente, me quede en el piso abriendo y cerrando los ojos, concentrando mi mente en el techo blanco, repetí la canción de Beck una y otra vez.

Como una desquiciada busque en mi cuarto la carta que había llegado hace unos días, estaba en una caja bajo mi cama, abrí el sobre con desesperación y allí estaba la foto, era exactamente la misma casa, el mismo perro, algo extraño estaba sucediendo, me quede sentada en el piso un par de minutos, no me había percatado de que esta vez había viajado en el tiempo sin siquiera esperarlo, mi mente me llevo exactamente al lugar al que debía ir, pero nuevamente el viaje me dejo exhausta, tome mi celular y eran las nueve de la noche, era increíble cuanto tiempo había pasado leyendo el tibio libro y pintando en mi mente, mis ojos se cerraban, en poco tiempo mi mente se fue sumiendo en una inmensa obscuridad. Mañana pensé, mañana será el dia.

martes, 14 de diciembre de 2010

[3] El libro.

Estaba sentada frente a una bola de helado, era una bola de chocolate de dimensiones descomunales, tome una cuchara, y la encaje en el lado derecho de la bola, tome un gran pedazo de ese frio y delicioso manjar, lentamente lleve la cuchara hasta mi boca cuando….. Jimmy said he could handle this Ohhhh, he's from Los Angeles ohh!!!, Jimmy said he could handle this. Born and raised in west los Angeles, Dad's a lawyer, mummy's sleep…!!!!!!

Saque mi mano de la chamarra para buscar el control del estéreo, pero no estaba sobre mi mesa de noche, saque mi cabeza de entre las chamarras, con los ojos entrecerrados y vi alrededor esperando ver el control, Let’s go de Rancid sonaba a todo volumen mientras yo buscaba el escurridizo instrumento entre mis almohadas, después de poco tiempo de búsqueda desistí, me levante y camine torpemente hasta donde estaba el estéreo, lo apague y camine a mi cama nuevamente con el firme propósito de dormir unos minutos más, me acosté y por alguna razón que aún desconozco, metí mi mano bajo la almohada, allí estaba mi celular, por instinto lo saque de debajo de la almohada y vi la hora; eran las seis y cuatro minutos, metí el celular bajo la almohada y volví a cerrar los ojos, una repentina descarga de miles de ideas invadió mi mente, era como un torbellino que sobrecargaba cada rincón de mi cabeza y acumulaba una idea encima de otra.

Me levante con todas esas ideas revueltas y busque la caja, allí estaba la enorme caja en el piso, y se veía igual de café, e igual de real que el dia anterior, de ella salía un brillo de color rosado y morado, nuevamente tome la cuerda entre mis manos y la amarre a la chapa de la puerta, camine un par de pasos atrás y nuevamente se encendió la alarma del estéreo, pegue un brinco y tropecé con uno de mis zapatos, caí sentada hacia atrás, me levante sobándome las pompas y me di cuenta que la cuerda había perdido su fulgor, la cuerda estaba rota.

Me derrumbe en el piso decepcionada, mi propio desorden había truncado mi oportunidad de volver en el tiempo. Salí del cuarto y entre en el baño me quite la playera y posteriormente el bóxer, abrí la llave del chorro y metí mi cuerpo bajo el agua caliente, deje que el agua corriera por mi cuerpo e intente relajarme, pero la realidad me golpeo como un balde de agua fría, termine lo más pronto que pude y volví a mi cuarto, me cambie apresuradamente y de igual manera metí los trozos de la cuerda cósmica en mi maletín, salí y corrí en dirección a la ferretería del día anterior, entre jadeando e intentando recuperar el aliento, el encargado se acerco y me pregunto si necesitaba algo, tome mi maletín y temblorosamente saque los trozos de mi cuerda, el encargado la vio con detenimiento y dijo:


-Señorita creo que usted no leyó las instrucciones antes de usarla.

-No tenía instrucciones.

-Si señorita. Entonces tomo la cuerda y le dio un giro, salió un papelito que decía: Este producto es un utensilio eficaz para viajar en el tiempo, solo se permite un viaje por cuerda, si desea hacer otro viaje deberá esperar un aproximado de 100 años, de lo contrario la cuerda cósmica se romperá.

Lo mire con resignación y le dije:

-Me podría dar otra cuerda por favor?

-No señorita, esa era la única que nos dio el distribuidor.

-Ok, gracias.

Salí de la ferretería con los ojos algo llorosos, y nuevamente empecé a caminar sin rumbo, mientras caminaba mis ojos lloraban, pero no sentía tristeza alguna, porque mi corazón todavía seguía perdido, el llanto era solo una respuesta puramente fisiológica, como un mal habito que no podía borrar fácilmente. De tanto caminar llegue al parque de la ciudad, estaba lleno de arboles y luces, se veía hermoso, y no solo eso los arboles y su hermoso color verde brillaban bajo las luces de los focos, enternecedor pensé, pero no lo sentí, me senté en una de las bancas, observe a los niños caminar de la mano de sus madres, vi como las aves volaban encima de los arboles y se posaban en sus nidos, era hermoso, y sonreí, pero fue nuevamente una respuesta involuntaria a pensamientos agradables, porque la felicidad no la sentía.

Coloque mi maletín a la par, y saque nuevamente la cuerda, la observe detenidamente, esperando alguna señal, como si por arte de magia ella fuera a cobrar vida y a darme la respuesta, permanecí inmóvil un tiempo cuando una idea loca llego a mi cabeza.

-Claro! Exclame, y la señora que estaba a la par mía dio un brinco.

Me levante y camine rápidamente a la biblioteca, que estaba muy cerca de allí, mi cabeza iba caminando a millones de kilómetros por segundo, entre y el delicioso olor de libros se sentía en el aire, por las ventanas entraba un resplandor espectacular que daba un aire de tranquilidad a la biblioteca. Me acerque a la sección de viajes, sin pensarlo mucho tome un libro que estaba forrado de negro, me acerque a la bibliotecaria y le dije que quería comprarlo, ella me dijo que me lo podía llevar sin llenar papeles, y que para mi, ese libro era gratis.

Salí muy feliz de la biblioteca, me dirigí a casa mientras daba brinquitos por la calle, la gente me veía extrañada, yo tenía una sonrisa de oreja a oreja, salude a un par de extraños un par de calles antes de llegar a mi hogar, las calles olían a frío mezclado con pino, era como navidad, el sol se estaba ocultando, era increíble cuanto tiempo había pasado desde que salí de la casa. Entre rápidamente a mi casa, pase corriendo por el corredor y abrí la puerta de mi cuarto, saque de la bolsa el libro y me recosté en mi cama, tenía mucho que aprender para poder viajar y hacer lo que mi corazón me había pedido.

El titulo del libro era: Viaje Astral, la forma mas fácil de viajar sin salir de casa.